Vamos a ponernos un poco conspiracionistas. De repente, han salido al mercado varias apps de streaming de vídeo. EStas aplicaciones tienen como objetivo que el usuario pueda compartir vídeos grabados desde su smartphone, vídeos desde su casa, desde el parque, o desde la calle. Acerca de este tema quiero hacer varias reflexiones.
1. El contenido manda, ¿estamos compartiendo las cosas que valen la pena, o estamos compartiendo mensajes cuyo contenido podría interesar únicamente a nuestras madres?: "hola, es muy temprano, eh..... estoy cansado... uh..... y no tengo mucho que decir..... ahora voy a desayunar y a mirar twitter ah..... bueno, me voy".
Si nuestros contenidos no son relevantes, entonces todo el I+D no vale para nada.
2. Si la evolución se ha detenido, ¡todos cyborgs!. Malas noticias, la evolución se ha detenido, al menos para nosotros. Seguimos siendo igual de tontos que los hombres que cultivaban a las orillas del Tigris, o los que levantaros Zigurats. A estas alturas se supone que debíamos ser mutantes ¡por lo menos!, pero no lo somos. Pero la tecnología ha venido para solucionar nuestras limitaciones. ¿Que no nos hemos vuelto mutantes telépatas?, no pasa nada, tenemos la mensajería e Internet, ¿que no somos capaces de desarrollar la visión remota por nosotros mismos?, para eso tenemos la TV y Youtube. Todos vamos por ahí con pequeñas pantallas que nos permiten tener CIENCIA INFUSA (Wikipedia móvil), ahora tenemos Pebble, y no creo que falte mucho para llevar gafas inteligentes, móviles brazalete, y cristales pantalla por todos lados.
A medio plazo llevaremos implantes artificales que permitirán integrar nuestro sistema nervioso con la red, conexiones de banda ultra ancha a nuestro hipotálamo para hacer streaming de lo que vemos, oímos, y de la frecuencia de nuestras deposiciones vía Twitter.
3. Si Orwell levantara la cabeza volvería a enterrarla en su tumba en Oxfordshire. En 1984 algo terrible amenazaba nuestra privacidad, los primeros lectores de la novela soltaron el libro entre histéricos gritos, ¡no podían creer lo que veían! ¡el futuro pondría cámaras que vigilaban lo que hacíamos en nuestras casas!, ¡control total, vigilancia fascista (o comunista). Pero tranquilos, 1984 era sólo una novela.
¿O no?.
Si existe un consejo de los 13, los Iluminatis, o el club Bilderberg, deberían estar frotándose las manos porque la realidad sobrevuela la ficción. No es que el Estado nos imponga cámaras en nuestras casas, ¡es que nosotros las pagaremos de nuestro bolsillo y las pondremos!. Esto es lo que nos ofrecen las apps de lifestreaming: dame voluntariamente tu privacidad.
En la serie "
Person of interest" un software vigila todas las cámaras que nos observan y adivina quien... ¡un momento!, ¿estás diciendo que hay cámaras por todos lados?. Sí, eso lo vemos en la tercera temporada de House of cards, donde para localizar a cierta persona, el FBI accede a todas las cámaras (tráfico, cajeros) y por medio del reconocimiento facial localiza a quien sea.
Ahora pensad en lo siguiente, tenemos cámaras de seguridad, de vigilancia, cámaras de tráfico, policiales, y a eso súmale las cámaras privadas que emiten en directo en la red, más todos los vídeos offline de Youtube, Vimeo, (¡9gag!) etc... ¿No creéis que la NSA en sus gigantescos centros de datos no analiza esos vídeos buscando a yihadistas, o a gente que no paga los impuestos municipales?, ok, quizás estoy paranoico.... pero lo cierto es que vamos camino de que en el planeta, los 7000 millones que somos cada uno tenga una cámara en el bolsillo, la cámara de su teléfono, y aunque no emita vídeo, ¿pensáis que no tienen acceso a nuestro album de fotos y vídeos?. Os digo que hace tiempo que tienen acceso a todo.
