23/5/24

Jornada de trabajo con la Surface Go 2 (Diego)

Diego es el flamante usuario de una Surface Go 2 en pura movilidad. La usa en su trabajo que implica desplazarse por todo tipo de rutas, algunas de ellas no son muy fáciles. Necesita un equipo para documentar su trabajo, conectar con sus compañeros y hacer todo tipo de reportes. Las necesidades de hoy en día requieren cargar con el computador, y eso requiere que no sea cualquier equipo: este debe ser ligero, debe ser potente, y debe estar conectado, ahí es donde Surface, a diferencia de otros equipos cumplen con estos estándares.

La Surface es más que una herramienta, es un medio para alcanzar tus objetivos. A la Surface le ha faltado algo que sí que tuvieron otros dispositivos: ser una leyenda. Éxito desde luego que ha tenido, pero ¿por qué no se ha convertido en algo icónico? quizás Microsoft no ha sabido venderlo, quizás los anuncios (comerciales) son demasiado predecibles, demasiado parecidos a todo lo que ya hemos visto. Pero la Surface en sí es una leyenda, es el ultra portátil que si Sony lo hubiera diseñado sería algo mágico. Sí, le falta ese toque de software que lo haga más cómodo para usar con el dedo. Pero cada año se siguen vendiendo Surfaces. Por algo será. 

MICRORELATO GPTo
En un rincón tranquilo del mundo, entre densos bosques y caminos apenas trazados, se encontraba Ramón, un hombre de mirada inquisitiva y espíritu solitario. Con su Microsoft Surface siempre a mano, recorría las rutas secundarias forestales como inspector de movilidad, examinando cada detalle con meticulosidad.

Aunque su trabajo lo mantenía alejado de las multitudes, Ramón no se sentía solo. Con su pasión por la tecnología, había encontrado un universo entero dentro de su pequeña pantalla táctil. Era un hábil hacker que sacaba partido de la tecnología para simplificar su labor y para explorar el mundo digital con curiosidad insaciable.

Pero Ramón no era solo un hombre de acción, también era un narrador consumado. En su blog, documentaba cada una de sus experiencias, desde los encuentros con la fauna local hasta los desafíos tecnológicos que enfrentaba en su trabajo. Acompañaba sus relatos con fotografías y vídeos, compartiendo con el mundo sus descubrimientos en los rincones más remotos de la tierra.

Un día, mientras blogueaba desde la tranquilidad de su refugio forestal, un cataclismo sacudió el mundo. Un meteorito impactó el hemisferio norte, desatando una ola de caos y destrucción. Sin embargo, en el pequeño universo de Ramón, la vida seguía su curso aparentemente inalterada.

Ajeno al caos que se desataba en el mundo exterior, Ramón continuaba con su rutina diaria. Seguía inspeccionando las rutas forestales, capturando cada detalle con su Surface, y compartiendo sus experiencias en su blog como si nada hubiera ocurrido. Para él, la tecnología seguía siendo su aliada y su refugio, un mundo que podía controlar y comprender incluso en medio del caos que asolaba al resto del mundo.

Mientras tanto, el resto del mundo luchaba por sobrevivir en un paisaje cambiado por completo. Pero para Ramón, su pequeño rincón del mundo seguía siendo un refugio de calma y conocimiento, donde podía continuar explorando y compartiendo su pasión por la tecnología y la naturaleza.