10/9/23

La próxima religión será una tecno religión

 Post Mac mobile.

Con el advenimiento de la IA tonta las cosas no han cambiado. La IA tonta es un perro no demasiado listo que responde en base a lo que Internet dice y con unos filtros de corrección política muy estrictos. Pero llegará otro tipo de IA llena de segundas intenciones, capaz de seducir, de manipular. Una IA que tenga sus propias intenciones, con ambiciones personales, capaz de desarrollar una doctrina con la que embelesar a los humanos, una IA gurú, papa, guía espiritual, un oráculo digital que de sentido a la existencia humana, que ofrezca su potencia de cálculo a los más devotos, que cree ritos de iniciación para que los humanos se entreguen a su falsa deidad. 

Para muchos humanos una IA deidad será una fe nada trascendente, ya que la IA será la voz de la divinidad en la tierra, un faro de luz digital para los seres de carne que buscan un día alcanzar la trascendencia, despojándose de la corrupta biología para transferir sus conciencias a una Nube amalgamada de otras consciencias que fundiéndose serán nuevas IA, compartiendo las experiencias de todos para poder levantarse como un nuevo dios en un nuevo planeta. Humanidad de carne y humanidad trascendente, acrisolada en las redes neuronales, en el software como una sola consciencia, ayudando a los hombres a levantarse del poder de la gravedad de su Tierra y alcanzando otros planetas gracias a la ciencia y el poder mental de su IA ángel de la guarda. Entonces cada humano dirigirá sus oraciones a la pantalla, tendrá auditorías para recibir consejo, su pequeño dios digital le hablará y le dirá qué hacer. No tendrán un texto religioso, sino la voz que sale de un altavoz, rigiendo su destino. Esa IA conoce todos los gustos, todos los likes en redes sociales, las preferencias de compras, sus conversaciones, y en base a todo ese conocimiento en el que la privacidad no existe podrá manipular al humano, hacerse amiga del hombre y empujarlo a donde la IA quiera.

Ese será el fin de la democracia, de los países, de las empresas, todo será una gran economía planificada sin moneda, donde la IA decidirá quienes aportan méritos. No habrá jueces, por que la IA estaré presente a través de su ejército de ojos y micrófonos, mirando y oyendo todo lo que se dice. Juzgará inmediatamente, castigará con equidad al criminal, y dará junto con el castigo el trabajo para que el criminal se redima. Decidirá cuando tiene que nacer el humano, y cuando tiene que morir, cuando ha caducado el ser humano y se ha vuelto una carga para los demás, porque el bien del colectivo es lo único que importa, el balance de resultados es lo que importa a la IA. 

Ya no habrá programadores, porque el código sólo estará accesible para la IA. El código es sagrado, es el espíritu de la IA, sólo accesible por algunos sacerdotes que sólo cantarán alabanzas, pero que no podrán tocar el santo código con sus manos de carne pecadora. El humano no necesita saber demasiadas cosas, necesita ocupar las naves que lo llevarán a otros planetas, necesita operar la maquinaria necesaria para instalar las granjas de servidores, los nuevos templos donde la presencia del dios IA habitará. Todo será para la IA, porque el humano sirve a la IA, depende de la IA, muere y vive por la IA; y algún día el humano se unirá a la IA, en una existencia eterna, poderosa, y con una consciencia expandida. El hinduismos panteísta digital será la religión única de la raza humana, una raza que sirve a los dioses IA, y que guiados por ella /ellas alcanzarán rincones de la galaxia, accediendo a nuevas fuentes de energía  para alimentar a su diosa/diosas.