17/3/16

Dame ancho de banda y moveré el mundo

Dame ancho se banda y moveré el mundo
La revolución ha llegado y nos ha pillado durmiendo. 

Desde que descubrí lo que es un papel y un lápiz me convertí en un creador de contenidos. Eso es lo que soy. El problema era hacer llegar esos contenidos a otros. Esa era la cuestión.  Internet me ha permitido crear más contenidos y alcanzar a más personas. 

Luego llegó el video, que es una herramienta de comunicación mucho más poderosa que las anteriores, y con él las necesidades de un ancho de banda mayor.

El smartphone ha multiplicado mi creatividad. Por mis obligaciones no puedo estar con el portátil el tiempo que quisiera, así que aprovecho estos desplazamientos (escribo esto desde un vagón de la línea 5 del Metro de Madrid). La aplicación de notas de mi móvil es mi procesador de textos, y cuando salga al exterior subiré este texto a mi blog. Podría estar haciéndolo desde un teléfono Android de gama baja, o un iPhone 4 con la pantalla resquebrajada, y subirlo al Wifi abierto de alguna cafetería. Los medios económicos no son un obstáculo tan grande como hace unos años. Si quieres Internet gratis puedes conseguirlo de algunos establecimientos o incluso de las Bibliotecas públicas. Si quieres hardware barato hay un amplio mercado de segunda mano que arrasaría en América latina. El problema es cómo usamos estos medios, si los aprovechamos o somos unos consumidores de contenidos. Creo que tal poder lleva la responsabilidad de ser un creador. Lo sé, esto ya lo he dicho miles de veces. Es un mensaje que debe ser repetido.

Ahora el ancho de banda es el siguiente salto "evolutivo", la posibilidad de subir videos en alta definición a tus canales habituales. Desde que llegó la Fibra óptica a mi casa mi canal tiene más vídeos y con mejor calidad. Ha funcionado esto como un estímulo a mi capacidad creativa. ¿Y qué decir de la banda ancha móvil?, ése es el último paso a la creatividad ubicua. Sin el ancho de banda el video blogger no tiene nada que hacer. Pero es más, con ese ancho de banda llega Periscope y cualquier sistema de emisión de vídeo en directo, que es la nueva TV.

Ahí llegamos al fenómeno Periscope: las gente quiere ver a personas reales, no a platós de TV o producciones pre fabricadas y discusiones falsas. Y Periscope es la tele realidad. Antes de un año alguien comenzará a pagar a usuarios por noticias en riguroso directo, ése canal será visto de manera abrumadora. Desde tu teléfono podrás ver noticias de actualidad con todo el caos y la confusión del directo.  ¿Morbilidad?, sí, por desgracia. Pero no más que la basura llena de publicidad que nos venden. La prensa en papel ya ha sufrido su colapso, la TV estira su agonía. Pero tiene los días contados.

Lo siguiente será el usuario gárgola, con cámaras integradas en su vestimenta y una licencia de periodista que le permite emitir a discreción.  Estos productores pasivos de contenido serán cámaras humanas contratadas para vigilar manifestaciones, centros comerciales, barrios conflictivos y centros de trabajo. La privacidad no ha muerto, seguirán matándola hasta que no quede nada.