11/7/11

Vuelta a Android por la puerta grande

No es que haya estado enfadado con Android. Es que teniendo un terminal de gama alta no podía entender cómo es posible que un terminal inferior como el HTC Desire Z fuera enormemente fluido.

Ok, el problema era (se supone) de la ROM en la que Movistar puso sus manazas. Bien, actualicé a Gingerbread. Mejoró la recepción GPS, pero seguía teniendo lags imperdonables. Hasta el punto en el que tras el fin de semana (usando el Galaxy para postear en Posterous)  llegué a la conclusión de usar el Desire Z como segundo terminal Android (de momento el primero sigue siendo el iPhone).

Un suscriptor de Youtube (o suscriptora, si nos atenemos a los modismos actuales) me dijo que la 2.3.4 le iba de auténtico lujo. Ok, me dije, vamos a darle otra oportunidad, volví a descargar ODIN y a seguir los arcanos tutoriales (ok, no son tan difíciles, pero conviene darse cierta importancia). En minutos de los que pensaba tenía listo el Galaxy con la última versión.

De momento estaba aliviado porque no me habían cambiado al Galaxy por un ladrillo. Eso ya de por sí es un motivo de alegría, matar unos toros y hacer un desfile con vestales. Ahora había que ver qué tal iba. Y hay que tener cuidado, no es la primera vez que me precipito. Han pasado dos horas donde no he parado de instalar cosas y de usarlo. Va como nunca antes. Como debería ir.

Sigo teniéndolo en observación, pero de momento puedo deciros que parece que los reyes magos me han traído un nuevo smartphone, más rápido, más fluido, más potente. Su procesador de 1 Ghz Hummingbird es una pasada. Dicen que el consumo de batería es menor, ya os contaré, pero si es así es como para irse pensando una próxima lucha entre dos colosos, el iPhone y el Galaxy S i9000.

Ahora estoy buscando aplicaciones que puedan reemplazar un par de aplicaciones para las que no encuentro sustitución. La bueno que tiene el Market de Android es la gran cantidad de aplicaciones gratis, y eso, es a la vez su perdición. La mentalidad del usuario medio de Android es "no pienso pagar un duro" (que nadie se ofenda, hay de todo), nos cuesta gastarnos 1 Euro o 2,39 en una aplicación, preferimos conseguirla pirata. Si algo he aprendido con el iPhone es que vale la pena pagar (poco) y tener aplicaciones de calidad, a no pagar nada y tener aplicaciones peores y con publicidad afeando nuestra diminuta pantalla.

Durante los próximos días seguiré haciendo algún comentario sobre el Galaxy S i9000. Pero ya os adelanto que la cosa tiene MUY buena pinta,

Flasheando la Galaxy i9000.