31/1/07

Ingeniería inversa, experiencias laborales

(Post mobile) Esta mañana tuve que ir al despacho de un cliente que había comprado dos programas de los que la empresa en la que trabajo fabrica. Si hubiera sido una instalación habría ido mi jefe, pero como había alguna sería de dificultades, y querían una conversión de datos, pues fuí yo (el Harry el sucio del software privativo, no hay misión lo suficientemente difícil para el agente Ethan Converso Hank).

Una conversión de datos es un proceso mediante el cual tomamos los datos de un programa de la competencia (la empresa A) y los compatibilizamos con nuestro programa (empresa B). El programa de conversión de datos tiene su complicación, porque los programas de cálculo de impuestos usamos bases de datos distintas, somos muy diferentes. Ni que decir tiene que las conversiones de datos suelen dar complicaciones, y no suelen ser totales.

El problema de esta mañana es que las máquinas de mi cliente eran Pentium II con Windows 98. Yo llevaba mi flamante disco duro externo USB. Windows 98 no tiene soporte nativo para USB, y claro, yo no traía los drivers para Windows 98, ni la web de la empresa del disco duro se acordaba que existía tal cosa como Windows 98. Además del disco duro tenía dos pendrive usb, ninguno de los cuales funcionaba.

Bueno, otra opción, intento hacer la conversión de datos en la misma máquina del cliente: no se puede, faltan librerías, controles ActiveX y no sé qué más cosas.

Bueno, otra opción, me llevo los datos del programa de la competencia copiándolos en un CD. Tampoco, el portátil de mi empresa (con XP, ese que todos me echáis en cara que no lleva Linux) no lee el CD grabado..... ¡eso sí que es dificultad!.

¿Y la solución?, me tuve que volver con ese CD (que no leyó ninguno de los ordenadores que tengo en la oficina), y he encontrado los drivers para Windows 98 de uno de los pendrive.


Continuará....