20/6/17

Geeks educados y vendedores



No sé si os ha ocurrido. Vas a un comercio de electrónica, que normalmente es una gran superficie. Un jovencísimo vendedor te atiende, pero, mira por dónde, has tenido mala suerte, te ha tocado el fanfarrón de turno. Pero tú eres un geek educado. Esa es una mala combinación. Ser geek y educado quiere decir que vas a callar cuando escuches la primera incorrección, el vendedor no sabe de lo que habla, así que, o miente descaradamente, o repite cosas que no entiende. Pero lo escuchas, sin embargo hay un momento en el que si sigues callado vas a darle a entender que eres uno de esos compradores ignorantes.

Así que sacas la artillería. Sacas los tanques, las armas nucleares, sacas los portaaviones.

Entonces pasan dos cosas, si el vendedor es inteligente entonces pasará a ser un vendedor humilde, te dará unos cuantos cumplidos, se mostrará amistoso, no conviene mosquear a un tío que tiene una granada en cada mano.

Pero si el vendedor está convencido de sus mentiras, o simplemente es muy orgulloso, entonces intentará mantener las estupideces sin sentido. Y en ese caso tú, geek educado, sí que vas a darle con todo, sin misericordia, vas a hacer caer una tormenta de furia y argumentos encima de su cabeza de chorlito. Y sabes cómo terminará eso, porque el combate es tan desigual que terminará con el vendedor en suelo, sus vísceras esparcidas, y su médula espinal colgando de tu mano como si fuera la cadena de una motocicleta.

No, los vendedores ignorantes no deberían intentar engañar a los geeks educados.

Pocas veces me ha ocurrido. Normalmente cuando es una charla cara a cara el vendedor tiene sentido común. Por teléfono la gente es diferente, se envalentonan.
Recuerdo aquel vendedor telefónico de una distribuidora de Jazztel. Osado e insistente. Y encima mentiroso. Seguramente la mayoría de las personas no le discutían sus ofertas. Era la época del Adsl, y se le ocurrió garantizarme una velocidad de 15 Mb cuando en mi zona la velocidad, por la distancia de la centralita no podía superar los 5 Mb. Sorprendido por mi argumento (le dije la distancia a la que está mi vivienda de la centralita y le expliqué cómo funcionaba el Adsl y qué factores influyen en la velocidad), entonces me aseguró que de ser así tirarían un cable de fibra óptica desde la centralita (más de 8 Km) hasta mi casa. ¡Sólo para mí!.

Entonces saqué la artillería. Se despidió asegurándome que volvería a llamarme y traería un compromiso contractual por escrito de que todo eso era cierto. No volvió a llamar, pero estoy deseando que lo haga.