23/11/05

Hardware barato, equipo a la última


(Post mobile) ¿Podría tener un ordenador completo y de altas prestaciones por menos de 250 Euros?

¡Claro que sí!.

Hay muchas personas que se pueden gastar 1.000 o 1.500 Euros en un equipo en el que nunca usarán juegos de última generación. Sólo lo usarán para conectarse a internet, mandar y recibir correos, ver películas, oir música, y por supuesto bajarse todo tipo de contenidos por la mula, además grabarán sus Cd´s o DVD´s, usaran un programa de mensajería, y poco más.

Claro, se gastarán un dineral en lo último en hardware, y si son medio legales, al menos comprarán una licencia de XP (que está incluida en el precio del equipo). Porque si compraran todo el software legal la broma subiría muuuucho más.

En cambio, la cosa podría mejorar bastante si nos decidiéramos a comprar hardware de hace un año y a usar el sistema operativo Linux. Esta es la propuesta que os hago:

Ibm NetVista, Pentium IV a 1.8 Ghz, 256 Mg RAM, 40 Gb HDD-------- 226 Euros (IVA inc).
Sistema operativo Linux (Ubuntu, Mandriva) -------------------------- 0 Euros.
Coste total -------------------------------226 Euros.

¿Qué podemos hacer con este equipo y un Linux instalado? ¡¡¡¡TODO!!!!, todo lo que hemos dicho antes, y mucho más, sin necesidad de comprar ni piratear programas adicionales porque todo eso viene en nuestra distribución Linux. Por 226 Euros tendremos un sistema completo con posibilidades enormes. Su procesador es más que suficiente para manejar cualquier aplicación, y su RAM también.
¿Virus, reinstalaciones, pagos al servicio técnico?. Olvidaros de eso, olvidaros de virus, olvidaros de reinstalaciones y de sistemas que con el tiempo se vuelven lentos, esas cosas no ocurren con Linux. Ya os he contado antes, alguien de mi familia compró una licencia XP, le pasó de todo, virus que le hicieron perder parte de su Tesina, hackers que entraron en su sistema, el equipo que se volvía lento y tenían que llevarlo a reinstalarlo (30 Euros que cobran los canallas, y eso que son baratos), tuvo que cambiar de equipo sustituyendo varios componentes, ¡pero la licencia de XP ya no le valía!así que se tuvo que comprar otra licencia más que por cierto le dió problemas (era el XP a 64 bits). Además, ha comprado software y tiene casi todo el software pirata.

No necesitamos un ordenador último modelo ni gastarnos una pasta en software propietario, usad Linux, es más sencillo, es más cómodo, es más estable. Recuerdo cuando tenía el portátil conectado por la noche (con mi Adsl patatero) bajándome cosas (sinfonías de Beethoven y cosas así, claro) por las mañanas el Millenium lo tenía bloqueado, Windows no manejaba bien la memoria, me decidió a usar el P2P con Linux, ¡ningún problema!, podía tener el amule abierto y copiar un CD sin problemas. Eso nunca lo pude hacer con Windows Millenium.


Continúa mi experiencia con Linux. ¿Mi quinto día con Linux?, ya ni me acuerdo, tan fácil se me ha hecho. ¡Ya conseguí que me funcionara la máquina de fotos digital!, con lo que doy por concluida mi migración a Linux. Oficialmente. Hoy a medio día he estado bajando todos los podcast de Redhanded. Es un excelente podcast sobre tecnología y software libre, lo bajé con Firefox (el mismo gestor de descargas que lleva) mientras iba escuchando el último podcast con Amarok, a la vez estaba navegando y ¡grabando un CD con K3b!, ¡¡¡¡todo a la vez!!!! ¡y como la seda!.
Cuando apagué la sesión me dí cuenta que había estado usando todas las prestaciones de mi portátil (de hace ya 3 años, pero una máquina excelente PIV 512 RAM, ATI 64 Mg y 40 HDD) sin problemas, sin interrupciones, sacándole partido a todo el hard y soft.

2 comentarios:

  1. Anónimo7:51 p. m.

    Articulo de La Vanguardia :

    Vida (y muerte) en el cibercafé

    Una visita a locales para conectarse a la red en Asia oriental. Lugares para contestar e-mails pero también para comer, ver la tele, dormir...

    Hay duchas, sala de aire puro y habitación para refrescarse los pies. Las bebidas, gratis; la comida, de pago; y al socio le regalan una pizza al mes

    BRUNO GALINDO - 23/11/2005


    "Konichiwa".

    "Buenas noches".

    "Deseaba conectarme".

    "Muy bien. ¿Fumador?"

    "No".

    "Vale. ¿Es Vd. socio?"

    "No".

    "Da igual. Puede probar las duchas si quiere. También tenemos sala de aire puro y una habitación para refrescarse los pies. Las bebidas son gratis; sólo coloque su vaso debajo y pulse el botón. La comida es de pago. Si se hace socio le regalamos una pizza al mes. El salón de manga también es sólo para socios".

    "Muchas gracias. Sólo venía a ver mis emails".

    (Este diálogo se produce en la entrada de un cibercafé cualquiera de Tokio, incluso de Japón. Veamos que ocurre a continuación).

    "Tenga: unas chancletas. Coja una sábana y una manta. Acompáñeme, por favor. Cabina 109. Aquí. Hasta mañana".

    ¿Hasta mañana? Pues sí. La mayor parte de los usuarios que llegan al cibercafé después del crepúsculo van a hacer noche aquí. La revolución de la banda ancha (1.5 megabyte por segundo) y las dificultades para pagarse un piso (4.000 euros elm2)están modificando los hábitos de consumo de buena parte de Japón y otros países del Asia Oriental. Los tradicionales capsule hotels han dejado de ser la opción más barata y favorita. A las habitaciones hexagonales de los hoteles colmena les ha tomado el relevo la cuadriculada disposición de las cabinas del cibercafé.

    El encargado se abre paso a través de un laberinto de bastidores, cada uno de los cuales está marcado con un número. 106, 107, 108… 109. Abre la portezuela, y cuando la cierra ya estás en casa. Junto al Pentium III (con teclado, ratón y webcam inalámbricos) hay un estupendo televisor del que cuelga una tarjeta con la programación de películas: el cibercafé tiene programación propia con películas de estreno, además de los 200 y pico canales que puede ver cualquiera en su casa. El sillón, de cuero y con reposapiés independiente, es digno del presidente de Samsung. Microondas. Armarito. Teléfono. Papel higiénico. Caja fuerte. Todo en3m2.Antes de sentarte levantas un poco la cabeza y descubres un mar de cubículos, todos con sus cabecitas y sus pantallas, en las que hay abiertas un videojuego, una conversación de Messenger o la página de match. com. Después te sientas, y eres uno más.

    No es la vida según una novela de J. G. Ballard: es Japón en 2005. Sin quitarse los distintivos del trabajo, con el nombre propio y el de la empresa, miles de jóvenes cibernautas acuden a estos centros, abiertos las 24 horas y, como casi todos los comercios en estos países de altísima densidad de población, repartidos a lo largo de los pisos de los edificios de toda la ciudad. Como ha dado a entender el conserje, los socios se benefician de regalos (desde la pizza hasta el uso gratuito de la impresora), descuentos (20% menos en los botes de fideos precocinados) y zonas especiales (sauna).

    Considerando que en el Asia densa no hay lugar para grandes discotecas y que lo normal entre universitarios es reunirse en pequeñas habitaciones, es fácil comprender el auge de lugares como el que se acaba de describir. Pero el fenómeno da aún más juego si nos vamos a la última superpotencia oriental, al nuevo dragón, a NeoJapón: a Corea del Sur.

    Seúl. 10.5 millones de habitantes. Viernes por la tarde. Los adolescentes quedan en centros urbanos como el superluminoso Jong-no, la zona de la universidad Hongik o el americanizado barrio de Itaewon para tomar unas cervezas e ir a algún bang (habitación). Las opciones son el norebang (karaokes), el DVD Bang (cuartos con televisión donde ver las películas que tengan allí, o las que uno mismo lleve encima) o el más popular, el rey del entretenimiento: el PC Bang (textualmente, habitación de ordenadores personales). Un PC Bang es un cibercafé coreano. (Surcoreano, se entiende; en Corea del Norte están prohibidos los teléfonos móviles, así que imagínese internet). Existen más de 22.000 en todo el país. ¿Sus características? Además de los servicios de internet, centran su oferta en los videojuegos online:he aquí el gran reclamo de toda una generación. A menudo juegan, hundidos en sus comodísimos butacones de cuero plastificado, aniquilándose con espectacularidad unos a otros, de a ocho. Tal es la popularidad del fenómeno que existen jugadores profesionales que ganan cantidades importantes, hay un gran apoyo de patrocinadores y se televisan las partidas de videojuegos, en algunos canales y con comentarista incluido, a la hora del telediario. Fiebre total. Tal vez les llegó la noticia: el pasado 10 de agosto, un coreano murió tras jugar 49 horas seguidas al simulador de batallas Starcraft.El joven Leeno paró para dormir ni para comer. Tenía 28 años y, según la policía, había sido despedido del trabajo hacía poco porque lo único que hacía en la oficina era jugar con el ordenador. Sufrió un ataque al corazón por agotamiento.

    La realidad es que el boom de los PC Bangs tiene mucho que ver con el videojuego. Se calcula que el 60% de los usuarios de estos establecimientos entra a jugar a uno. Las salas están llenas las 24 horas, los 365 días. Hasta en Navidad. ¿Fanatismo? Tal vez, aunque no sólo eso. La industria del software en Corea en 1993 reportó un billón de dólares, pero la mayoría por la expedición de sistemas integrados, no paquetes de software.En 2002 el sector creció hasta 11.2 billones de dólares, y sólo uno de esos billones correspondió a la venta de videojuegos. Lo que ocurre es que los PC Bangs son un negocio colosal, como las infernales salas de pachinko japonesas (negocios montados en su mayoría por emigrantes norcoreanos para mandar dinero a sus familias). Como además Seúl no es precisamente una ciudad barata (de hecho es la quinta ciudad más cara del mundo), un PC Bang es tan barato que resulta la opción ideal para toda la familia. El padre y la madre pueden ir a mirar una película mientras los hermanos juegan a algún juego, bajan música o chatean (entre sí, desde distintos puntos de la sala). Todo por 0.60 euros la hora, céntimo arriba céntimo abajo. Los PC Bangs constituyen una notabilísima contribución a la economía del país, pues se calcula que una cuarta parte de los ordenadores de sobremesa que se venden en Corea del Sur van a estas salas. Tal es el negocio que los principales inversores coreanos están empezando a instalar estas propuestas en Japón, donde languidecen las salas de consolas desde que se instauró la era playstation.Negocio seguro.

    A todo esto, ¿y China? Allí las cosas son distintas. El Partido Comunista sigue reacio a permitir la proliferación de cibercafés, aunque no prohíbe conectarse desde casa. Con todo, el país tiene unos 120.000 cibercafés, poca cosa considerando su enorme extensión. No es fácil encontrar donde conectarse en Pekín o Shangai. Ni siquiera en Hong Kong.

    Ahora, si me lo permiten, encenderé la tele, calentaré unos fideos, me taparé con mi mantita y leeré mis emails. Si quieren algo de mí háganmelo saber por el Messenger. Hasta mañana. Arigato.

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  2. Muchas gracias por tu contribución, el artículo es muy interesante y va muy a tono con el sentir de este blog, Por cierto, a mí me parece muy interesante lo que ocurre en Asia en relación con internet.

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