Esta mañana ha tocado madrugón, a las 5:15 a.m. ha sonado mi despertador, y a las 6:30 salía mi tren rumbo a Sevilla. La idea es pasar un día de cursos, ya que se acerca el cierre del año fiscal, y en Madrid soy yo la persona que da los cursos de formación a clientes.
Lo del madrugón y los cursos es muy contraproducente, porque aunque vengo descansado del fin de semana (que el Viernes fué festivo en Madrid por la fiesta de la Almudena), estar en un curso con todos tus sentidos puestos es algo duro cuando has madrugado tanto.
Ahora cuando llegue a la estación de Sta. Justa intentaré desayunar algo, porque esa es otra cosa, hasta las dos y media de la tarde no comeré nada, y eso desde las cinco de la mañana es mucho tiempo.
Lo bueno es que podré pasar un tiempo con mi padre, su esposa y mi hermana pequeña (que ya va a la Universidad y es blogger, como un servidor). De hecho ahora mismo me ha mandado un mensaje (con lo de la promoción esta de mensamanía).
A la vuelta tengo el tren a las 19:00, o sea que llegaré tarde a mi casa, aunque no demasiado (que otras veces he llegado a las once de la noche). La semana se presenta pletórica de trabajo, sobre todo de cursos con los clientes, y con la remodelación del aula para dar más cabida debido a la demanda tan fuerte.
Y otra cosa: no me ha tocado ese maravilloso tren AVE con tomas de corriente. Ufff...
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