14/12/16
Crónicas Amazon Prime: Tablet Kindle Fire 8
Parte 1:
Parte 2:
Estos dos vídeos que podéis ver han sido grabados con el móvil (iPhone 7 Plus). La historia comienza lejos de Madrid, en una localidad a una hora y media en bus, y se prolonga hasta las 11:30 pm. Tras un día intenso, cargado de reuniones, un congreso, un curso, soporte técnico a un cliente y una agotadora vuelta en bus a casa, me relajo, me ducho y pienso que sería buen momento para adquirir la Amazon Kindle Fire de 8 pulgadas, una Tablet a muy buen precio. La idea es que al igual que tengo un smartphone de bajo precio para usar en situaciones cotidianas, podría tener una tablet para esos mismos menesteres. En este caso MUY barata. Así que, mientras me seco, con el pelo aun mojado y el vapor nublándome las gafas, hago mi pedido, con el extra de "entrega en 1 hora". Así mismo compro algunas microSD que necesito para mi cacharreo con la Rasp.
Un detalle importante, Prime Now sirve pedidos hasta las 12 de la noche, eso lo convierte en: 1) la tienda online que entrega más rápido, 2) la tienda de tecnología de Madrid que está más tiempo abierta. Literalmente los repartidores están como velocistas de relevos en la línea de salida esperando que alguien les entregue el envío para salir a toda velocidad a entregarlo.
Otra cosa que me he dado cuenta es que los centros de donde sale el pedido son diferentes, en función del destino del envío, lógico. ¿Vale la pena pagar 5,90 Eur por el envío en 1 hora?, sí, depende de la urgencia y del precio total del envío. ¿Funciona bien?, radicalmente sí.
En cuanto a la Tablet de Kindle, estas son algunas de mis conclusiones:
1) Imagina que no has leído las especificaciones, simplemente disfrútala. Quedarás muy satisfecho, excepto por las cámaras que son BASURA. Pero bueno, el precio es genial. Vas a disfrutarla mucho, navegar, ver Netflix, ver pelis, escuchar música, ver Youtube, leer libros.
2) La presencia de Fire OS, el fork de Android de Amazon es como tener un launcher que no te gusta y que limita todo lo que hagas. Nada más encenderla busqué la manera de meterle las gApps (Google apps), y se puede hacer sin rootear ni nada raro. Pero me dan ganas de flashearla entera.
2.a. el escritorio: no es nada personalizable, le he instalado Nova Launcher, pero el sistema impide tenerlo como escritorio predefinido.
3) Si consumes el ecosistema de Amazon te gustará, ellos se ocupan de hacer copia de tus datos, etc.... tienes la tienda de libros, música, vídeos y... aplicaciones. La tienda de aplicaciones es PENOSA. O no encuentra lo que le pido o sencillamente no tiene algunas cosas que quiero. Aunque reconozco que hay muchas, pero muchas aplicaciones. El problema es que ya he pagado por muchas en la Play Store, no quiero pagarle a Amazon por los mismo.
4) El tema de la publicidad: tengo el modelo que ofrece publicidad en la pantalla de bloqueo, no me molesta nada, al contrario, me gusta porque así me entero de muchos libros nuevos que van saliendo.
¿Te interesa comprar la Kindle Fire 8? sigue estos enlaces de compra y apoyarás a Vidas en red:
Kindle Fire 8 de 32 Gb (la que yo tengo): http://amzn.to/2hErhcy
Kindle Fire 8 de 16 Gb: http://amzn.to/2hvZWGH
13/12/16
Youtubers bromistas, la TV se mete en Internet
Cierto Youtuber se ha hecho viral (al menos en un vídeo) debido a una broma que consiste en insultar a desconocidos en la calle y ver sus reacciones. No es ingenioso, no es original. Pero el pueblo quiere sangre, y a las masas educadas por la LOGSE, el televeneno y los youtubers sin talento quieren ver situaciones como las de los platós de TV, con gente insultándose, perdiendo la dignidad y si es posible, golpeándose. Ahora lo tienen.
Me habéis preguntado qué opino del vídeo "cara anchoa", y esta es mi respuesta. La violencia no está justificada en ese caso, por lo tanto en absoluto apruebo el guantazo al youtuber mediocre, esa no es la cuestión, la cuestión es qué tipo de entretenimiento se está creando, y cuantos van a seguir a estos nuevos gurús de las "bromas" sin gracia.
Wifi, congresos y movilidad
Post mobile. Estos días estoy en un congreso profesional. Cada año al menos una vez participo en uno de estos eventos como expositor de una empresa. Eso significa que durante varios días tenemos periodos cortos de mucha actividad (en los descansos y el inicio de las conferencias) y largos periodos de espera (mientras se desarrollan las conferencias).
En esos tiempos de espera poco puedes hacer, y aunque tengo datos de sobra (gracias Yoigo), siempre miro si hay redes wifi abiertas (gracias Synology por el VPN), y normalmente la calidad de esa conexión no es nada buena en caso de que la hubiera.
Este congreso tiene lugar en un importante hotel, en uno de los salones, y mira por donde hay Wifi y funciona de maravilla. No es normal que esté abierto, muchas veces ofrecen una clave visible en algún cartel o en los monitores. Pero supongo que por la ubicación del lugar ni se han molestado y han dejado abierto el punto de acceso. En cualquier caso bienvenido sea, parece que poco a poco los establecimientos se dan cuenta de que ofrecer conexión a los invitados es como ofrecer unos aseos.
Ahora estoy viendo la serie Billions (hay que verla!!!!) pero puede que me descargue algo de Netflix. Está tarde tengo dos horas de transporte (en total) y me vendría bien tener algo de entretenimiento. Aunque ahora le estoy dedicando mucho tiempo a "escuchar" libros con la aplicación para iOS Voice Dreamer.
8/12/16
Chromebook como único dispositivo (relato)
Escrito el 9 de Diciembre de 2016 como acto de procastinación. Redactado desde mi Chromebook Asus, conectado por Hdmi al monitor Benq y usando un adaptador usb para el teclado y ratón inalámbricos Logitech. La música que usé para redactar este micro relato es de la emisora online “Smooth Velvet Radio”: http://www.radionomy.com/es/radio/smoothvelvetradio/index , escuchada con los auriculares de diadema Senheisser que se me caen a cachos. Sorprendido por el buen rendimiento del equipo, lo poco que ocupa, estando cerrado, sin hacer ruido.
ASUS sacó el modelo de Chromebook con los prometedores procesadores Intel Cell. Yo siempre había sido de comprar lo último, pero esos procesadores de bajo costo recibían por igual críticas y elogios. “Algo tan barato no puede ofrecerte la misma calidad que los procesadores de 200 dólares”, “el rendimiento que ofrecen está optimizado, tiene poco consumo y mueve las aplicaciones como los procesadores más caros”.
No sabía qué pensar, así que al final me decidí a hacer un pequeño desembolso. Comencé a usarlo por curiosidad, me sorprendió lo bien que iba, pero pronto me aburrí y lo dejé en un cajón junto con los demás equipos. Así estuvo cuatro meses, cuatro meses en los que no hice ningún intento de venderlo, la verdad, algo en mí me decía que me arrepentiría de venderlo.
Un día, de esos en los que no sabes que hacer, lo saqué del cajón, la batería estaba tan agotada que tuve que conectarlo para poder encenderlo. En menos de dos segundos estaba en pie y listo para hacer lo que le pidiera. Me dio por conectarlo al monitor que usaba en mis despacho, vía Hdmi, me pregunté si me reconocería el teclado inalámbrico (con pincho usb), lo reconoció sin problema. Le puse mis auriculares y cuando me di cuenta pasaron dos horas en las que estuve navegando, respondiendo correos, blogueando y tomando notas para un podcast. Me quité los auriculares, ¿qué había pasado?. Sí, Chrome OS era muy limitado como sistema operativo, pero…. la cantidad de cosas que se podían hacer eran realmente muchas. De hecho, casi todas.
Al día siguiente tuve que salir para un viaje largo, no me apetecía nada hacer ese viaje de trabajo, casi sin pensarlo metí en mi mochila el Chromebook, “bueno, que sea lo que tenga que ser, pensé, al menos no me costará moverlo”. Mi destino era Qattar, un vuelo largo, con transbordo. Todo para hacer una inspección de un centro de datos, despedir a un empleado que sobrevolaba el concepto de vago, y básicamente hacer cosas que podia hacer remotamente, pero mis jefes se habían empeñado en que fuera.
Las cosas se pusieron molestas porque perdí mi enlace en Berlín, una fuerte nevada (decían) había obligado a cancelar los vuelos. Menos mal que en mi mochila tenía utensilios de aseo y mudas de ropa limpia. La compañía no se hacía cargo de nuestro alojamiento al no ser una cancelación causada por ellos. Fuí a una de las cabinas de ducha del aeropuerto donde me aseé y luego pagué por una habitación cápsula, idénticas a las de los hoteles japoneses. Estaba muy cansado, me quité los pantalones, dejé la mochila a un lado y el Chromebook cargando (estaba al 58%, pero siempre me gusta tenerlo al 100%) y me dormí muy profundamente. Demasiado profundamente.
Desperté seis horas después, alertado por el increíble silencio que había. Es como si se hubieran ido todos. Realmente me desperté sobresaltado. Abrí una mirilla de mi cápsula, no vi nada, ni a nadie. Era muy extraño. Abrí el Chromebook y me conecté a la red del aeropuerto, una red de 1 Gbps (ya podíamos aprender en España), lo que leí me dejó sobresaltado.
TROPAS RUSAS SE HACEN CON EL CONTROL DEL AEROPUERTO PRINCIPAL DE BERLÍN.
¡Una guerra con Rusia!, aquello no tenía sentido. Eché otro vistazo, no había nadie.
ESTADO DE ALERTA MÁXIMO EN LA UNIÓN EUROPEA POR EL ATAQUE DE LA FEDERACIÓN RUSA A LA CAPITAL DE LA ALEMANIA.
Volví a mirar. No había nadie, ni siquiera movimiento. Conecté los auriculares, las noticias daban la misma absurda información, pero ¡yo no escuchaba disparos ni nada!. Estuve durante un tiempo que me parecieron minutos toda esa basura sobre el ataque de Rusia. Cuando miré el reloj del Chromebook vi que habían pasado dos horas, me dolía la espalda de la posición, y lo que era peor, necesitaba orinar con urgencia o rompería aguas allí mismo.
No era una opción, tenía que ir al baño. Así que me vestí, llevando encima los pocos enseres que me acompañaban y activando el modo sigilo fui a uno de los baños. Lo poco que ve de la terminal en la que estaba es que no había nadie. Una vez dentro del baño coloqué la señal de que estaban limpiando el baño, con la esperanza de que si alguien armado iba a merodear que dejara pasar el aseo.
Acostumbrado a dudar de todo lo que la prensa decía, opté por no creer la versión oficial y ver por mí mismo lo que estaba pasando. Pero antes de eso decidí mandar un correo a mis familiares explicándoles mi situación. Escribí el correo sentado sobre la taza del váter, bebí agua, respiré hondo y decidí explorar mi entorno.
ASUS sacó el modelo de Chromebook con los prometedores procesadores Intel Cell. Yo siempre había sido de comprar lo último, pero esos procesadores de bajo costo recibían por igual críticas y elogios. “Algo tan barato no puede ofrecerte la misma calidad que los procesadores de 200 dólares”, “el rendimiento que ofrecen está optimizado, tiene poco consumo y mueve las aplicaciones como los procesadores más caros”. No sabía qué pensar, así que al final me decidí a hacer un pequeño desembolso. Comencé a usarlo por curiosidad, me sorprendió lo bien que iba, pero pronto me aburrí y lo dejé en un cajón junto con los demás equipos. Así estuvo cuatro meses, cuatro meses en los que no hice ningún intento de venderlo, la verdad, algo en mí me decía que me arrepentiría de venderlo.
Un día, de esos en los que no sabes que hacer, lo saqué del cajón, la batería estaba tan agotada que tuve que conectarlo para poder encenderlo. En menos de dos segundos estaba en pie y listo para hacer lo que le pidiera. Me dio por conectarlo al monitor que usaba en mis despacho, vía Hdmi, me pregunté si me reconocería el teclado inalámbrico (con pincho usb), lo reconoció sin problema. Le puse mis auriculares y cuando me di cuenta pasaron dos horas en las que estuve navegando, respondiendo correos, blogueando y tomando notas para un podcast. Me quité los auriculares, ¿qué había pasado?. Sí, Chrome OS era muy limitado como sistema operativo, pero…. la cantidad de cosas que se podían hacer eran realmente muchas. De hecho, casi todas. Al día siguiente tuve que salir para un viaje largo, no me apetecía nada hacer ese viaje de trabajo, casi sin pensarlo metí en mi mochila el Chromebook, “bueno, que sea lo que tenga que ser, pensé, al menos no me costará moverlo”. Mi destino era Qattar, un vuelo largo, con transbordo. Todo para hacer una inspección de un centro de datos, despedir a un empleado que sobrevolaba el concepto de vago, y básicamente hacer cosas que podia hacer remotamente, pero mis jefes se habían empeñado en que fuera.
Las cosas se pusieron molestas porque perdí mi enlace en Berlín, una fuerte nevada (decían) había obligado a cancelar los vuelos. Menos mal que en mi mochila tenía utensilios de aseo y mudas de ropa limpia. La compañía no se hacía cargo de nuestro alojamiento al no ser una cancelación causada por ellos. Fuí a una de las cabinas de ducha del aeropuerto donde me aseé y luego pagué por una habitación cápsula, idénticas a las de los hoteles japoneses. Estaba muy cansado, me quité los pantalones, dejé la mochila a un lado y el Chromebook cargando (estaba al 58%, pero siempre me gusta tenerlo al 100%) y me dormí muy profundamente. Demasiado profundamente.
Desperté seis horas después, alertado por el increíble silencio que había. Es como si se hubieran ido todos. Realmente me desperté sobresaltado. Abrí una mirilla de mi cápsula, no vi nada, ni a nadie. Era muy extraño. Abrí el Chromebook y me conecté a la red del aeropuerto, una red de 1 Gbps (ya podíamos aprender en España), lo que leí me dejó sobresaltado.
TROPAS RUSAS SE HACEN CON EL CONTROL DEL AEROPUERTO PRINCIPAL DE BERLÍN.
¡Una guerra con Rusia!, aquello no tenía sentido. Eché otro vistazo, no había nadie.
ESTADO DE ALERTA MÁXIMO EN LA UNIÓN EUROPEA POR EL ATAQUE DE LA FEDERACIÓN RUSA A LA CAPITAL DE LA ALEMANIA.
Volví a mirar. No había nadie, ni siquiera movimiento. Conecté los auriculares, las noticias daban la misma absurda información, pero ¡yo no escuchaba disparos ni nada!. Estuve durante un tiempo que me parecieron minutos toda esa basura sobre el ataque de Rusia. Cuando miré el reloj del Chromebook vi que habían pasado dos horas, me dolía la espalda de la posición, y lo que era peor, necesitaba orinar con urgencia o rompería aguas allí mismo.
No era una opción, tenía que ir al baño. Así que me vestí, llevando encima los pocos enseres que me acompañaban y activando el modo sigilo fui a uno de los baños. Lo poco que ve de la terminal en la que estaba es que no había nadie. Una vez dentro del baño coloqué la señal de que estaban limpiando el baño, con la esperanza de que si alguien armado iba a merodear que dejara pasar el aseo.
Acostumbrado a dudar de todo lo que la prensa decía, opté por no creer la versión oficial y ver por mí mismo lo que estaba pasando. Pero antes de eso decidí mandar un correo a mis familiares explicándoles mi situación. Escribí el correo sentado sobre la taza del váter, bebí agua, respiré hondo y decidí explorar mi entorno.
7/12/16
Nuevo podcast: equipos antiguos, radios digitales libres y GNU/Linux.
Linux, los equipos antiguos, las Distribuciones ligeras, toda esa maravilla de hardware barato y software libre nos permite poner al servicio de otros estos bienes que todavía tienen una gran vida útil.
La tienda que os he recomendado es: tiendaidc.es
6/12/16
Radio Isla de Vidas en red en pruebas
O también puedes seguirla en este enlace:
http://shaincast.caster.fm:42063/listen.mp3?authn06679cee64d17cca594c86c96e1d8f82
Sigo empeñado en montar una modestísima emisora digital donde poder emitir 24 horas, e incluso emitir mis directos, libre de Spreaker. Pero.... siempre somos siervos de alguien. De momento, gracias a un isleño estoy probando este nuevo servicio: Caster.fm en conjunción con una aplicación absolutamente genial: Mixxx.
Pues bien, aquí tenéis la emisora, y si queréis seguirla desde su página: http://vidasenred.caster.fm/
Está en pruebas mientras aprendo a usarla, así que os pido disculpas por los errores, que me temo que los habrá.
1/12/16
Soy un diógenes tecnológico
Hay dos mosquitos que me han picado: uno es el de Linux, una obsesión durante años. El otro es el diogenismo digital. Me atrae mucho la idea de encontrarme un PC en la basura, o que un amigo me diga “voy a tirarlo”, recuperarlo y ponerlo a funcionar. De hecho escribí un relato “Diógenes digital” que habla de eso, del reciclaje extremo de equipos, la historia de un geek pobre, superdotado y apasionado de la tecnología. Mi primer PC “bueno” fue un Dell con PIV, un equipo de calidad que me duró muchos años. Pero mucho tiempo. Finalmente se puso muy lento (1,2 Gb RAM, 80 Gb de disco duro) y un amigo me ofreció su equipo (Un Medion bastante decente), que es el equipo que tenemos ahora desde hace 3 años, y que siempre está conectado.
Me gustan los sobremesas, me gustan las posibilidades que tienes de expandirlos, quitarles piezas a uno, ponérselas a otro. He conseguido reunir algunos equipos que nadie quiere, son mis proyectos personales.
Tengo dos equipos “basurilla”.
El Dell tenía un problema, no reconocía los discos, la Bios mandaba un mensaje extraño, tras una búsqueda en Internet encontré que una pila agotada era la que ocasionaba el problema. Tenía un viejo Ibm al que quité la pila, y ¡a funcionar!. Segunda parte: Manjaro no fue capaz de instalarse, pero Linux Mint detectó el disco y funciona con XFCE que es un escritorio ligero. Ha sido una prueba. La semana que viene me llega un disco duro IDE de 160 Gb que compré por muy poco dinero.
El IBM, también un PIV, el problema es que entre los dos suman 1,5 Gb de RAM. Una opción sería compran RAM barata y antigua. Este Ibm tiene Windows Ue, quiero investigar si hay por ahí Windows 10 piratoides.
¿Cual sería el uso de ambos equipos?, podría tenerlos haciendo minería de BitCoins, trabajando en proyectos para ayudar a vencer el cáncer, con Owncloud, como server de Minecraft, nodos de Tor…..
Portátil SSD. Ha llegado más material. Un disco SSD Kingston de 480 Gb. Ha sido todo un acierto, Kingston incluye cables, así como una carcasa usb (para usarlo como disco duro externo normal), y la carcasa para ponerlo en un PC de sobremesa. Encima viene con una clave para activar el software de clonado de discos Acronis. (Tenía pensado comprar Paragon para clonar mi disco al SSD). El clonado duró algo más de una hora (350 Gb tenía ocupados), instalarlo fue sencillo pese a las peculiaridades de la carcasa del Lenovo. Se nota, claramente, sobre todo en el arranque. He perdido 500 Gb de almacenamiento, pero, para eso están los dispositivos externos. Y ahora tengo un disco duro de 2.5 de 1 Tb, que podré aprovechar en otros equipos. ¿Se nota?, vaya que sí, sobre todo en el encendido y la apertura de aplicaciones: no hay color.
El Medion A4 (no el de casa), ese equipo ultra barato, un AMD A4 con 8 Gb de RAM que lo uso como NAS, no es un NAS, ojo, esa afirmación ha sido algo imprecisa. El equipo tiene instalado Windows 10 (que funciona de maravilla), lo tengo descargando Torrents, haciendo copia de seguridad de 2 nubes, y almacenando la nube de la Isla (que tengo contratada con Hidrive). Quizá monte un server de Minecraft, cosa que no descarto. Quizás le ponga una partición con Linux. De momento le he puesto un disco duro adicional de 1 Tb, otro plan adicional es que ese disco sea una copia espejo, idéntica. Estoy investigando aplicaciones de copia de seguridad. Es un mundo fascinante.
Radio online // Descubrimiento:
En VLC estoy usando Ice Cast Radio, que tiene emisoras de músic excelentes, una de ellas es Smooth Velvet radio. Ideal para trabajar con música de fondo. Música muy ochentera. El tema de las emisoras de música online es un mundo, porque no tienen nada de publicidad y la música que ponen es lo mejor.
Problema, esa emisora no la puedo encontrar en otras apps, como por ejemplo Radionomy.
Recomendación de serie: Billions.
http://www.imdb.com/title/tt4270492/?ref_=nv_sr_1
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