19/8/13

Las bibliotecas de mi vida

Como buen lector, las bibliotecas han tenido un papel fundamental en mi vida.

La primera biblioteca que visité fue en México D.F, en un club al que íbamos los españoles. En aquellos tiempos no era aficionado a leer, así que les pedía los cómics que tenían y pasaba el tiempo leyendo viejos tebeos de Superman y de Archie (nada famoso en España, pero sí por esas tierras).

Mi siguiente biblioteca fue la del colegio Tabladilla. No había muchos ejemplares, pero en una vitrina tenían una colección de libros juveniles de ciencia ficción de una familia y sus viajes por distintos planetas. No era gran cosa, pero me los leí todos. La biblioteca era para mí un refugio de los matones (más adelante leí "La historia interminable" con Bastian refugiándose de los matones en una librería, y me sentí muy identificado).  El bibliotecario era un estudiante que prefería estar en otro lugar, y le molestaba tener que abrirme la vitrina.

Pero la biblioteca de verdad vino después, fue además uno de los mejores regalos que me han hecho un carnet de socio de la biblioteca Alfonso XII (¿o Alfonso XIII? la memoria me falla). Sentir ese carnet en las manos, y la posibilidad de sacar cualquier libro, era algo excitante.

Allá por finales de los ochenta tenías que ir a unos enormes archivadores donde de manera alfabética buscabas entre miles de fichas el libro que buscabas. ¡Eran otros tiempos!.

Dependiendo de mi economía iba a la biblioteca buscando qué leer.

Y así llegamos a mi biblioteca actual, una que está cerca de mi trabajo. Allí he encontrado rarezas como la novela que inspiró una de mis películas favoritas: "La delgada línea roja", o algunas novelas pulp que nunca pensé que encontraría. También una atrocidad de libro escrito por Bill Gates, y algún hallazgo que otro más.

Espero que no desaparezcan las bibliotecas. Tal como está el asunto con las sociedades de autores, con sus impuestos revolucionarios que emplean para comprar inmuebles y poner sueldos inmensos a sus consejeros veo cada vez más fácil que un día, entre la crisis y los ladrones terminen desapareciendo.