Este año he decidido ponerme a tope con la lectura, a ver, siempre he sido lector, pero como os comenté en el podcast, antes de la llegada del Internet ubicuo a mi vida LEÍA MUCHO MÁS. ¿Qué es lo que pasa? que Internet se mete en cada rendija, es como una especie de viento frío que se cuela por todos lados y quiere ocupar esos huecos de tiempo.
Y eso es malo.
Es malo porque no siempre estoy leyendo cosas realmente interesantes o útiles. Muchas veces mi uso de Internet es pura distracción. ASí que mi meta no es sólo leer muchos libros, sino disfrutar leyendo y que la lectura ocupe más espacio en mi tiempo, desplazando la pérdida de tiempo.
Terminé de leer "Por si las voces vuelven" de Ángel Martín, un libro que me gustado. Creo que los dos méritos de este libro son lo bien que se describe lo que llamamos la locura, en ese sentido Ángel es brutalmente personal. Explorar el mundo de alguien que ha perdido el contacto relativo con la realidad y vive en un mundo donde todo encaja y recibes señales del universo es algo fascinante. Por otro lado creo que es un libro muy compasivo, y esto me parece muy importante porque las enfermedades mentales siguen creciendo a buen ritmo en nuestro próspero y ensimismado Occidente.
Creo que este libro está siendo de ayuda para visibilizar las enfermedades mentales, normalizarlas (sí, porque ni son un estigma y porque cualquiera puede sufrirlas), y porque como sociedad tenemos que articular recursos y especialistas para atender esta plaga moderna. Y mucho me temo que lo que hasta ahora estamos haciendo se limita a ocultar las cifras de suicidios. Cifras que no paran de crecer.
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