15/8/11

Mucho calor

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Una biblioteca y ludoteca encima.

Desde los quince años aproximadamente soy un lector empedernido. Cuando llegaban las vacaciones solía llevar conmigo cajas de libros, muchos de ellos ya los había leído, otros no. Cuando conseguía algo de dinero, generalmente porque mi generoso abuelo saneaba mis cuentas, me iba a la librería Beta de Sevilla en la Avda. República Argentina y me lo gastaba todo, de golpe, o en varios "golpes". Toda mi fortuna se iba a libros.

Salir de vacaciones con tanto libro es muy incómodo. Es poco práctico. Últimamente mucho de lo que leo está online, por eso el portátil fué ocupando un espacio que antes ocupaban los libros. El problema es que el portátil era muy incómodo para usar como lector de libros. Recuerdo estar de vacaciones en Granada y leer por las noche el relato "Soy leyenda" (el mismo que dio orígen a la película... al menos en el título). Lo tenía en PDF y lo leía como podía. Con el ventilador sonando y haciendo equilibrios.

Ahora llevo cantidad de libros en mi tablet. Y no sólo libros, llevo todos mis relatos, todas mis charlas, mis estudios bíblicos, artículos web completos que he leído mil veces (¿os suena "Uso extremo de la Sony Clie UX50?"), los correos electrónicos que atesoro, mis colecciones de notas (citas, listas de todo tipo, chistes, sueños) en Evernote, mis diarios, algunas fotos y mucho más... en un dispositivo que ocupa mucho menos que algunos de los libros que tengo en nuestra biblioteca.

Todo en menos de 1 Kg.

La verdad es que dicho así suena increíble. Con esto no quiero decir que haya desterrado el papel, siempre me suele acompañar algún libro más. Pero no este verano. Estoy leyendo "Judas desencadenado" (que es un tocho considerable), en esta ocasión no estoy leyendo varias novelas a la vez. Me compré el cómic del Capitán América (un nuevo volúmen que han sacado), poco más. Y esta mañana compré algunas revistas para leer en la piscina.

En el asunto de juegos no soy nada jugó... hasta que llegó el iPad. Este verano estoy con un jueguito simplón y tonto: Tiny Tower (que nadie se me ofenda, sé que en su simplicidad reside su genialidad), hoy me he echado dos partidas de Monopoly (me encanta ese juego), y ayer descargué un interesante juego en el que disparas a zombies desde una especie de avión Drone (muy realista). Con eso estoy servido, aunque tengo muchos más juegos en mi tablet.

Camino de donde estoy paramos en una gasolinera de CEPSA (la publicidad la merecen) ví que tenían Wifi gratis, así que saqué el tablet mientras venía ese gran chuletón de Buey que algunos habéis visto en Twitter y consulté un par de cosas. Olvídate de haber hecho eso con un portátil (a no ser que sea, claro, un Mac en modo suspensión).

¿Un tablet es un juguete?, no. Estas vacaciones me está resultando ser mucho más útil que mi portátil.


Escrito desde mi tablet y con un teclado BT Targus.