Escribir un relato es parte inspiración, parte planificación, y parte trabajo duro. Creo que era Asimov el que decía que el escritor siempre tiene que saber más que el lector, ¿una obviedad? no, no lo es.
Cuando me atasco echo mano del papel. Suele funcionar bien. Podría usar la pantalla para tomar notas, hacer diagramas y dibujos, pero el papel siempre es fiel. No falla.
Este micro relato lo escuché cuando, gracias a los sabios consejos del amigo Lector lo pasé a audio con un Bot de Telegram. Escuchar no es lo mismo que leer, ya que el relato cobró una vida nueva. Lo escuché durante nuestras vacaciones en Santander. Ahora no dejo de pensar en cómo poder concluirlo para tenerlo en la carpeta de "Relatos completos".
La idea es sencilla: en un planeta dedicado a la explotación minera todos los trabajadores salen menos uno, que el el último en llevar un convoy con herramientas. Conduce un vehículo pesado que remolca varios vagones, el único depredador local son unos bichos a los que llaman "la jauría" una especie de felinos que atacan en grupo y le persiguen a través de miles de kilómetros. El convoy lleva sistemas de defensa, pero no debe pararlo en ningún momento. Espero tenerlo todo listo en breve.