11/10/18

Micro placas




Mi relación con la Raspberry ha sido bastante fría. Después de usar Ubuntu, emuladores, Kodi, la dejé en un rincón, la Mi Box hace de Media Center en mi casa, y jugar, pues no soy de jugar. Hace unos días me llevé a una fiesta y perdí un tiempo precioso configurando los mandos para luego jugar a unos juegos birriosos en Openelec (excepto el Doom, claro).

La potencialidad de la Raspberry es mucho mayor que mis casi inexistentes conocimientos. Creo que tiene mucho futuro como dispositivo económico. Pensar que por 30 Euros puedes tener un Escritorio con aplicaciones, es algo muy llamativo. Si por ejemplo, eres un estudiante que vive en una habitación y quiere tener un servicio de descargas pero: a) no quiere una máquina haciendo ruido con su ventilador, b) que tenga un alto consumo, c) que transforme su habitación en una sauna finlandesa, en ese caso una de estas micro placas es el dispositivo que necesita.

Sería genial que algún hacker emprendedor vendiera soluciones listas para usar de Raspberry como: sistema de video grabación, NAS, Escritorio, consola.

Incluso, por esos precios podrías tener más de un equipo haciendo distintas tareas: servidor de descargas, servidor web, Escritorio, o centro multimedia. Claro que si sumamos mucho sale más rentable comprarse un portátil Acer por poco más de 300 Euros.

Sin embargo me atrae también mucho Panda Latte, que es el mismo concepto, pero más caro y con procesadores Intel, por tanto, compatibilidad total con Windows y GNU/Linux. En ese sentido me parece mucho más completa, salvando el precio, claro, y teniendo en cuenta que es Arduino.

Tener un pequeño PC, que te puede servir de MediaCenter, servidor de descargas, emulador de máquinas Arcade, o Escritorio muy funcional es alucinante. Es una idea que me encanta. Cuando en la serie Mr. Robot usan Raspberrys para hackear un data center yo daba saltos de emoción.

Y como es normal, esta tecnología me sugiere muchas ideas para relatos. Uno de mis primeros relatos publicados: “El síndrome de Diógenes” podría tener una variante con estos dispositivos, alguien que monta un super ordenador con un clúster de micro placas y hackea a sus anchas. Un programador que crea una IA con una serie de Raspberry en línea (en realidad serían microplacas de la marca Kyun, que es uno de los fabricantes recurrentes en la ficción que he creado). O un escritor disidente que escribe sus libros prohibidos al margen de la red usando hardware libre creado por anarco-hackers en comunas tecnológicas. Un tipo que monta un servidor de contenidos al margen de los oficiales con un coste mínimo. Os dejo, tengo que escribir...

¿Quieres apoyar Vidas en red? Echa un vistazo a esta Raspberry Pi 3 modelo B en este enlace.