26/10/14

iPad mini una historia de movilidad.



Los que me conocéis ya sabéis que he pasado por varios tablets de 7 pulgadas. El primer Nexus, un equipo excelente pero.... sólo con una discretísima cámara frontal. El nuevo Nexus 7 (de 2013) una de las mejores Tablets habidas y por haber, potencia, tamaño adecuado y.... una cámara muy muy buena. Tuve el primer iPad mini (ese que compré en Canarias) y luego me di cuenta de que no, no lo usaba.

Y ahora el iPad mini Retina. Wifi y 32 Gb para más señas.

¿Qué tiene este que no tienen los anteriores, no es más de lo mismo?. No. En cierto sentido no, y estos son mis argumentos.

1. El iPad de (casi) 10 pulgadas no es adecuado para llevarlo todo el día encima. No para mí, que paso mucho tiempo en el transporte pública, quizás de pie en un vagón de Metro con gente muy cerca, y teniendo poco margen para maniobrar.
2. Necesito ciertas herramientas de productividad personal. Pages es una de mis aplicaciones favoritas. Mis anotaciones diarias incluyen fotos, capturas de pantalla, mapas de zonas.... todo eso es muy sencillo en el iPad.
3. A la hora de leer o trabajar con documentos la fluidez de iBooks es elegante y suave, también cuando subrayas un PDF o estás dando una charla y consultas tus notas (en ese caso el iPad mini lo pongo en posición apaisada).

Hay pegas, claro que sí, su sistema de ficheros está cerrado, para ello uso iFiles o GoodReader para descargar o como app de transición para llevar a otras aplicaciones. Su sistema de multitarea es una BIRRIA si lo comparamos con Android, no se sabe bien lo que hace, algunas aplicaciones sencillamente se suspenden, esperando a ser despertadas, otras en cambio son "matadas" al abrirse otra app.

¿Vale entonces la pena?, sí. No hay soluciones perfectas. Y la prueba "de fuego" ha sido llevarme el iPad mini a un viaje de trabajo, sin traerme el MacBook Air o mi portátil Samsung con Windows 8.1.

Esta es la crónica de mi viaje ligero de equipaje tecnológico.

Me despertó a las 5:40 AM el iPad con su aplicación nativa de alarmas. Su batería estaba al 100%. No había tiempo para mucho más, así que me vestí, revisé por enésima vez mi escaso equipaje, les di el desayuno a los gatos y me marché mientras pedía vía Hailo un taxi (esta app es genial).

Llegué con tiempo a Atocha y mientras esperaba compré la prensa con MyKyosko, el sistema me "regaló" un ejemplar de la revista National Geographic y un número del ABC (glups). Cuando veo que ya está el tren listo cruzo el segundo control enseñando mi billete con la app PassBook, y me instaló en mi asiento con el iPad mini, el teclado Targus y unos auriculares. Llevo el cargador, pero sé que su batería hace completamente innecesario este. De hecho caigo en que sólo llevo un cargador para mis dos iChismes.

Una vez en Valencia llamo al Distribuidor y Google Maps me lleva al recinto donde vamos a trabajar, termino rápidamente y luego me voy con el Distribuidor a comer en la zona. Cuando terminamos tengo la tarde relativamente libre, así que voy al hotel a descansar un poco del madrugón y luego salgo a dar un paseo, llevo conmigo el iPad mini, pero sin teclado, sólo los auriculares.

Mi primera parada es un McDonalds, a tomar un refresco, un tipo cerca de mí está con su tablet Surface 2, seguramente conectado a la penosa red Wifi de McDonalds. Paso al 4G del iPhone, ¡muy diferente!, mientras miro una revista charlo con Rupert vía HangOuts y echo un vistazo a varios diarios, ha habido un tiroteo en el parlamento de Canadá. Termino la conversación y veo parte de un episodio de Homeland que reproduzco con AVPlayer (excelente).

Vuelvo a dar otro paseo para hacer algo de ganas de cenar, mientras escucho via Spreaker algunos podcast, entro al Carrefour y compro pasta de dientes (siempre hay aalgo que se olvida).

Decido que voy a cenar en Fosters HollyWood, su comida me gusta mucho, y su wifi, como compruebo más tarde, no está nada mal. Mientras como, tomo notas de una app que menciona un podcaster, escribo algunas tareas pendientes, y miro el calendario con lo que mañana tengo que hacer.

El día termina en mi habitación del hotel, hablo con mi esposa vía HangOut (recordad que ella es una Fandroid de tomo y lomo) tras la ducha (escuchando podcast) termino colocando el teclado frente al iPad mini y me pongo a trabajar en varios proyectos, uso la app de Notas, pero también Google Drive, y GoodReader para subrayar el PDF con el programa de mañana. Programo la alarma y ¡a desconectar!.