29/11/16

Nostalgia de mi módem 56K

Compré el modelo más barato que encontré, un Módem 56k. Estaba ansioso por probarlo. Ya me había conectado antes a Internet, en un cibercafé que hacía las veces de academia de informática en el Barrio de Bilbao. Lo instalé y para probarlo, ¡sólo para probarlo! Usé un servidor que prometía darte acceso sin altas ni cuotas, pero eso sí, la conexión se hacía a través de una línea 906, es decir, una línea de alta tarificación (como la que usan los vídentes que se anuncian en emisoras locales de TV o los servicios de sexo telefónico).

De allí pasé a comprar los “BonoNet”, luego una tarifa “Ondulada” de 18 hrs a 8 hrs con Retevisión (¡la contraté antes de que la anunciaran!), luego mi primer acceso de Bandaancha a 0,25 Mb/s con un operador que luego compró Orange. Luego 1 Mb/s con Ya.com. Y luego… las conexiones en movilidad.

Internet era un mundo por descubrir, la TV había dejado de tener interés, allí, en la red, tenía conversaciones sobre temas que me interesaban, las noticias que me interesaban, ¡y comenzaban las descargas con Napster, qué locura!. Recuerdo que mi esposa, quien todavía no estaba nada enganchada me preguntaba qué tenía de interés aquello que tanto me fascinaba.

Y como si fuera un salto temporal, aquí estoy, en el 2016, los coches siguen sin volar y nuestras naves apenas dejan nuestra órbita, no tenemos bases lunares, ¡pero tenemos 4G y tarifas decentes!. Un día cualquiera de mi semana hago un pedido por Amazon Prime y me llega en menos de dos horas a casa, no compro CD´s de música, no compro revistas, tampoco compro DVD´s de películas. Uso Spotify, Netflix, oigo podcast, veo Youtube…. Acabo de hacer una reserva de hotel con Booking para una escapada en Febrero, pido comida con Deliveroo mientras hago los estiramientos en el gimnasio, mi banco es online, ya ni siquiera voy a presentar la declaración de la Renta (la hago con mi certificado electrónico). Hace cuatro años que no hago compras de navidad en una especie de maratón de tiendas. La conexión es una constante en mi vida. Sería muy extraño que desapareciera (escalofrío estilo Black Mirror). ¿Te imaginas?. No somos conscientes de lo mucho que nuestras vidas han cambiado.

El Miércoles me llega un disco SSD de 480 Gb. Pensaba cambiar de portátil, pero… no vale la pena. Eso sí, reemplazaré el disco de 1 Tb por el SSD, ¡estoy deseando montarlo!. Compré un equipo portátil Lenovo de segunda mano con el objeto de experimentar con él y revenderlo. Lo primero lo conseguí, le instalé un SSD de 128 Gb y Ubuntu, lo segundo no lo conseguí, mi esposa necesitaba un equipo y este funciona de maravilla. Así que tengo un SSD de 128 Gb que pienso meter en un Pentium IV antiguo y…. a ver qué tal va. Quizás le meta Steam OS, o Manjaro. No sé, estos proyectos siempre me resultan muy divertidos.

Creo que ha llegado un momento de estancamiento de Tablets y Smartphones, sencillamente han tocado techo, ahora es el momento de los Sobremesas a bajo precio, escalables, modulares, que se conviertan en los servidores de contenidos y descargas de nuestro pequeño mundo digital.