Foto sacada a las siete y pico de la mañana, junto con otros buscadores de hamacas.
No sé si avergonzarme de los españoles, mis compatriotas o del género humano. Y es que cada día estoy más de acuerdo con el doctor Anibal Lecter, quien afirmaba que sólo se comía a los maleducados. Qué razón tenía.
No soporto la mala educación. Y lo que es peor es que esta abunda en este país. No quiero que esto se parezca a la columna de Perez Reverte, pero es que el tío tiene razón, os diré por qué (basando mis argumentos en mi experiencia hotelera, en concreto la más cercana):
-en los pasillos está prohibido hacer ruido, es además de sentido común no hablar a voces ni dar portazos a la una de la mañana. Pues nada, los españolitos a grito pelao, risas, portazos, ¿que alguien se podría molestar?, ¡en absoluto!, y si es así ¡que le den!.
-da verguenza ver lo agonías que somos. La peña se levanta a las siete de la mañana para reservar hamacas que no usan en todo el día. Yo, que gusto de levantarme temprano reservo mi hamaca, pero eso sí, por las mañanas la uso (me paso la mañana en la tumbona), cuando voy a comer dejo libre la tumbona, mientras que a mis vecinos de al lado, a quienes no he visto en toda la mañana, siguen sin aparecer.
-el escaso arte de colarse. Y sin querer generalizar, las personas mayores (y muchos adultos) se creen que son capaces de colarse sin que se les note, sencillamente echándole cara al asunto.
-el atuendo personal. Por supuesto que cada uno puede vestirse como quiera, pero ir sin camiseta en el comedor me parece el colmo del mal gusto. O la mujer que con camiseta, la parte de abajo del bikini y unos zapatos de tacón altísimos y afilados se paseó por el hotel, sea en la piscina, o a la hora de comer...
-es una falta de educación grabar en vídeo a la gente en bañador sin su permiso. Pues nada, algunos se creen que tienen el derecho de hacerlo, para qué preguntar.
En fin, no quiero seguir que me pongo enfermo...