Hoy, por ser viernes, me dí el último madrugón de la semana. Me levanté a las 5:30 a.m. y a las 6.45 estaba en un autobús que salía de Méndez Álvaro rumbo a Toledo. El autobús estaba lleno de marroquís y negros (espero que nadie se ofenda porque use la palabra "negro" no lo digo en el mal sentido, yo soy "blanco" y no me ofendo por eso), saqué una foto del reloj del autobús para testimoniar el hecho.
Llegué demasiado pronto así que hice algo de tiempo en la estación. Para matar el tiempo estuve leyendo una novela de Bruce Sterling titulada "Distracción" (me gusta más B. Sterling que el famoso William Gibson, es más claro). Cuando fuí a la parada de taxis me encontré a unas treinta personas en formación tipo "vamos a comprar en la frutería", la gente decía "¿quien da la vez?". Al poco tiempo la multitud creció, y con ella, los que se colaban. Era un desastre y hacía un frío de morirse, a mi lado había un chico que sólo llevaba una camisa y tiritaba notablemente.
Me estaba empezando a impacientar, así que hice algo que os puede parecer un poco extraño, como si fuera un profesor de 5º de EGB (qué viejo soy) me puse a decir en voz alta:
-¡Señores, vamos a hacer una cola ordenada, esto de ahí es el principio!, ¡vamos!, ¡por favor, pongamos un poco de orden, los primeros pueden colocarse allí!.
La gente se quedó un poco extrañada, y algunos me miraban muy serios (como pensando, ¿y el gafotas este encorbatado con acento andaluz?), pero ¡me hicieron caso! y en poco tiempo teníamos una cola ordenada.
Cuando llegó el taxi tenía tanto frío que me dió la sensación de que entraba en una sauna. El taxista me dijo que bajábamos de los 5 grados, no me extrañó lo más mínimo. Como tuve dos visitas aproveché para grabar un par de vídeos en esta ciudad que tanto me gusta: Toledo.