Post mobile. Estos días de calor, de cansancio del encierro domiciliario prologo Galo he encontrado un rincón donde poder disfrutar de tiempo de descanso. En mi domicilio dispongo de una terraza muy pequeña, justo para sentarme con la tablet de turno, en este caso el teclado con el Magic Keyboard y escribir estas líneas. En lo que se refiere a Tablets Android dispone de una amplia gama de dispositivos a muy buenos precios. Me sigue fascinando las Amazon Kindle, con un hardware muy justo, con un precio que no es competitivo si lo comparamos con las AllDo Cube Chinas, pero que son fluidas. Dispositivos de consumo de contenidos. Qué poco me gusta esa expresión. Aunque ahora tienen un modelo que viene con teclado y Office 365. Es un pequeño gran paso en la dirección “tablet de productividad”.
La pantalla dividida es un elemento esencial en una tablet de productividad. Quien lo tiene mejor implementado es Samsung. En mi Fold 2 puedo hacer más de dos divisiones de pantalla (pero el Fold no es una tablet) en ese sentido el Chromebook ES MUY SUPERIOR EN PRODUCTIVIDAD ya que 1. Puedes ventanizar las aplicaciones usando varias a la vez, y 2) puedes poner un monitor externo. Jaque mate.
Los dispositivos de consumo ya han ganado, se han instalado en nuestras vidas y se puede decir que estas tablets han desplazado a la consola y al televisor. Incluso al viejo PC con su monitor CRT con el que navegábamos y chateábamos por IRC. Todo eso es el pasado.
Pero falta aun un territorio por conquistar: la tablet de productividad. El tab Note 8 de Samsung tenía una función muy novedosa: dividir la pantalla. Ahora el iPad lo tiene, y yo lo uso mucho, ahora mismo estoy escribiendo estas notas con Google Drive mientras veo el último vídeo del casi octogenario YouTube Dale Caldwell, al que estoy muy aficionado.
Me fascina la experiencia de esos usuarios que no tienen PC (o portátil) y que exprimen sus Tablet para crear contenidos. Pienso en mi amigo Lector, pasando libros a mp3 para compartir con la comunidad de invidentes frikis, o editando audio con Audio Evolution (él fue la primera persona en hablarme de esa aplicación). Lector, que con su smartphone hace mucho más que la mayoría de usuarios hacen con su portátil.
No me interesan las experiencias de usuario de los consumidores de contenido. Ya nadie escribe blogs, y los vídeos de Youtube no son más que publireportajes. Es por eso que el canal de Dale Caldwell, un señor mayor que vive en una cabaña con un Chromebook (el Lenovo Duet) mientras filosofa sobre tecnología y bebe litros de café. Así que os pregunto ¿alguno de vosotros es un creador de contenido en movilidad?
Muchos protagonistas de mis relatos se ven empujados a ese tipo de productividad por pura necesidad, superdotados hackers que viven casi en la indigencia. Dice Stephen King que le gusta escribir sobre tipos buenos que superan situaciones difíciles. A mí me gusta escribir sobre hackers pobres que superan sus necesidades.
En otro orden de cosas. Estoy leyendo noticias sobre Amazon que me resultan muy preocupantes. Lo que en realidad se vende como un avance en realidad anticipa un mundo en el que buena parte de los puestos de trabajo son eliminados. Amazon presentó tres nuevos robots que hacen tareas de almacén, cada uno hace movimientos muy específicos, mover estanterías, o colocar paquetes en las estanterías. Es un avance, sí, pero va a traer importantes cambios.
La otra noticia de amazon es su cadena de supermercados que sigue creciendo de manera experimental, el último que han abierto tiene 8 mil metros cuadrados. Como ya habéis leído son supermercados en los que no tienes que hacer cola para pagar (la parte más molesta), el cliente se registra, añade los productos al carrito y sale. Una IA se ocupa de seguirle y hacer la cuenta. Adiós cajeros.
¿Qué tiene esto de malo?
Como cliente es una ventaja incuestionable. A nivel laboral esto me hace pensar en que el mundo al cual nos dirigimos sea un mundo en el que la formación es esencial. Obviamente desaparecerán esos puestos de trabajo, pero quiero pensar que surgirán nuevos puestos de trabajo, mejor pagados, más especializados. Pensad en los peluqueros de perros, esta profesión en los años 90 dudo seriamente que tuviera mucho auge, sin embargo parece ser que hay demanda. Pensemos en los masajistas y fisioterapeutas, en los años 90 no había tantos como hay ahora, que todo el mundo está fastidiado de la espalda. O programadores, la demanda es tan alta que no puedo menos que sonreír al ver a esas grandes empresas de tecnología colgándose medallas por ofrecer formación gratis. Están desesperados por conseguir programadores, los nuevos obreros de la construcción de un mundo digital. El otro día leía que tan sólo un famoso fabricante de coches iba a necesitar dos mil programadores para su conducción autónoma. El nuevo petróleo: el código. Ya si nos ponemos en modo hard Science Fiction podríamos decir que las nuevas inteligencias artificiales serán capaces de escribir código: mandando a esos programadores a la escuela a aprender otro oficio.
Mira el canal de Youtube de Dale Caldwell: https://youtube.com/c/dalecaldwell
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