19/3/20

Esperanza en medio de la pandemia



¿Es posible tener esperanza en medio de esta pesadilla?

Si aprendemos la lección y valoramos lo que de verdad importa.
Si aprendemos el valor del esfuerzo y la ayuda mutua.
Si reconocemos nuestra debilidad y levantamos los ojos a lo alto.

NECESITAMOS ESPERANZA

Y la vamos a necesitar porque vamos a tener que levantar nuestro país. Y eso va a ser a base de trabajo, sacrificio y amor.
Necesitamos una visión renovada y saludable de patriotismo y amor a nuestro país. Debemos pensar en España como nuestros padres e hijos, nuestros vecinos y amigos. Eso es España. Necesitamos sentirnos orgullosos de nuestro ejército, que son los primeros en movilizarse para ayudar en momentos de tanta debilidad. De nuestros agentes de policía.
Necesitamos librarnos de la casta política y los sueldazos de los diputados y altos cargos. Debemos pedir ejemplaridad porque los autónomos y los empresarios han estado a la altura y van a asumir grandes sacrificios.
Necesitamos recuperar la cultura del esfuerzo. La vida no es fácil, y nunca lo será, por eso debemos premiar el esfuerzo. Una cajera del supermercado es más honorable que un futbolista, un maestro de escuela es más noble que un concursante de Tele5.
Los alemanes se recuperaron de un país arrasado
Necesitamos recuperar el sentido de autoridad y deber. Como dice en los miserables: Es más importante cumplir con tu obligación que ser feliz.
Sí, van a morir muchos. Y sí, esto va a durar meses. Y cuanto esto acaba nos vamos a dejar la piel por el bien de los que vendrán detrás de nosotros.
De aquí, tenemos que salir sabiendo cuales son nuestros héroes. Barrenderos, cajeros, reponedores, sanitarios, cuidadores de ancianos, repartidores de supermercado, policías, soldados, y muchos más. Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga la vida por los demás. Esta gente, muchos de ellos con un sueldo indigno han cumplido con su obligación.
De aquí tenemos que salir con la certeza que el sentido del deber es más importante que ir llorando por las esquinas porque te has sentido ofendido. Que es más importante ponerte de pie y cumplir tu obligación.
Necesitamos reconocer que algo mal anda en nosotros. La grandeza que tuvimos la hemos perdido, la generosidad, la belleza, la abnegación han sido cambiadas por carros llenos de comida que no necesitamos y que se pudrirán. Nuestra esperanza no está en la religión, lo que necesitamos es que cambien nuestro corazón de piedra por un corazón de carne. Y eso es un milagro. El milagro que trajo Aquel que vino del Cielo, el Dios que se hizo pequeño para que pudiéramos oírle, y para que Él pudiera llevar a cabo el milagro de transformar las piedras en verdaderos hombres y mujeres.
Si algo nos enseña esta pesadilla es que cuanto más nos alejamos de nuestro Hacedor, más nos envilecemos. Acerquémonos a Él.