(Post Koji mobile) Pues resulta que las ONU quiere acabar con la privacidad en internet (lee el enlace relacionado), una noticia que ha sentado en internet como un golpe con una barra de hierro en la encía superior.
Antes de haceros una de las profecías de Conversodamus me hago una serie de reflexiones:
-¿Existe la privacidad en internet?, que yo sepa no. Y si no haz una pequeña prueba, desde el Adsl de tu casa ponte a bajarte vídeos y material pornográfico ilegal (menores de edad). Dentro de no mucho lo siguiente que oirás será el crujido de tu puerta, es la guardia civil. Ojo, que conste que me parece perfecto, el que la hace la paga. Lo mismo ocurre si te dedicas a lanzar ataques de Phising, Spam, estafas varias, o intentas hackear la web de la Moncloa.
En conclusión, señores periodistas y medios en general, eso del anonimato en internet es más que relativo. Es más, yo diría que el anonimato como tal no existe. Ok, ok, seguro que ahora alguien se pone a escribir que hay formas de navegar anónimamente, o que puedes sentarte en un ciber de Chueca y comenzar una guerra termonuclear mientras juegas a las tres en raya con Joshua. Vale, hay formas. Pero el internauta normalita, con su proveedor de Adsl en casa, ese no tiene nada parecido al anonimato.
-¿Necesitamos un internet anónimo?. Depende de lo que quieras hacer en tu ordenador. Este es un tema peliagudo, porque por un lado todos clamamos por seguridad, y por otro lado todos queremos que el Gobierno quite sus ojos de lo que hacemos (sobre todo si eres norteamericano). Tengo un amigo al que le vaciaron la cuenta del banco, unos tipos de Europa del Este le birlaron las claves, y usaron a una pardilla para ingresar el dinero que le robaron a mi amigo. Los malvados sabía que si no pillan a un primo no puedes sacar el dinero de la cuenta A (mi amigo) y meterlo en la cuenta B (el de los malvados), es fácil seguir la pista.
Mi opinión es que necesitamos un internet que no se diferencie en nada de otro tipo de comunicaciones. De forma que si la policía o quien sea se dedica a intervenirlo, que sea bajo el control judicial y con buenas razones para ello.
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Pero, ¿qué es lo que nos deparará el futuro?, ¿y quien puede saber eso?, ¡Conversodamus!. Dejemos volar la imaginación un poco y veamos qué es lo que ocurrirá de aquí a unos pocos años:
-Año 2011. Para acceder a internet será necesario una acreditación digital vinculada al DNI en el caso de España, o al número de seguridad social en el caso de los EEUU o UK. Nadie podrá entrar en la red de redes si no es acreditándose. La SGAE pedirá al Gobierno ver los ficheros de acceso de cada ciudadano, pero se le denegará.
-Año 2013. Debido a los robos de acreditaciones el estado implantará una serie de controles biométricos, lectura del iris, huellas dactilares, pero una oleada de robos de ojos y dedos índice causa una verdadera ola de espanto en los medios. Es por eso que el Gobierno implantará unos chips subcutáneos que sólo funcionarán bajo la piel del portador. Implantar estos chips es gratuito e indoloro. Ese mismo año Keinek, negándose a que le metan cosas en el cuerpo se atrincherará en su casa resistiendo con bravura. Las fuerzas de seguridad argentinas le interrumpen el suministro de agua a los diez días de asedio, luego pasarán a cortarle el fluido eléctrico (Keinek pondrá en marcha unos generadores solares), y finalmente le cortarán la línea telefónica, algo que Keinek no podrá resistir. Entonces grabará el último podcast de Red-handed y se suicidará en directo.
-Año 2021. Las crisis de financiación de los distintos países hacen que la gestión de internet caiga en manos de una sola empresa: Microsoft, la cual perdió en el 2009 su monopolio de los sistemas operativos, del correo electrónico y del navegador de internet. Pronto, internet se llena de tanta publicidad y ventanas emergentes ofreciendo Viagra y títulos universitarios por internet que los usuarios dejan de conectarse, volviendo al sistema de servidores interconectados. Internet vuelve a ser lo que era.
Y fueron felices y comieron perdices.