19/4/14

Reflexiones desde un tren



Post mobile. Para aquellos veteranos lectores de Vidas en red, habréis visto la lenta evolución de mis viajes, de cuando usaba un móvil Sharp GX15 con conexión a Internet y usaba el puerto de infrarrojos para conectarme a una velocidad de 16 Kbps con una PDA Dell (sí amigos, mi primer Gadget de ultramovilidad) o bien con mi portátil Phillips Freevents (que tan buenos ratos me dio, y quien me acompañó por todas España, desde la Campus Party a la Euskal). 

En esos tiempos encontrar una red Wifi abierta era un sueño, y que la batería del equipo durara dos horas era…. el Nirvana Geek. Al poco tiempo contraté con Movistar una tarjeta PCMCIA (que mi portátil Phillips tenía) y con la que escribí un post desde un Hostal familiar en Galicia, con una conexión aceptable. En esos tiempos si quería bloguear en movilidad sólo había una opción: el portátil. Hoy bloqueo desde mi Smartphone con toda comodidad.

Aún recuerdo, precisamente ese viaje a Galicia en el que volviendo en el coche me conecté por Irc, avisando en Twitter que estaría en el canal de #Red-handed. Fue una GOZADA conversar a 120 Km/h con mis amigos de Argentina, Perú y España ¡desde un coche!.


Hoy esta conexión es mucho más cómoda, más ubicua, y los dispositivos superan con creces las necesidades de este blogger. Y quizás eso ha hecho que pierda el encanto de la dificultad. Es por eso que estos días estoy preparando un especial sobre las dificultades que los cubanos vencen para conectarse a la red en Cuba. Ellos mantienen viva esa vena soñadora del pionero.

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