2. Acostúmbrate a no cenar nada o a tomar una pieza de fruta y quizás una infusión. Nada más. Ir a la cama en ayunas te sentará bien, además no tiene sentido meterle al cuerpo calorías para luego quedarte inmóvil en la cama.
3. Reduce las cantidades de comida que ingieres de manera progresiva.
4. Pésate a diario y anotalo. Vigila cómo va tu bajada de peso, o si tienes que hacer correcciones. Pésate en ayunas al levantarte.