10/8/17
Un nuevo Renacimiento
Seamos agradecidos.
Internet es interesante porque hay contenidos. Estos contenidos son los que nos permiten pasarnos horas y horas delante de nuestras pantallas, consumiendo contenidos que siempre nos saben a poco, esperando el siguiente vídeo, post, o podcast.
En su gran mayoría esos contenidos son gratuitos, sus creadores no quieren ganar dinero con estos. Que sean gratuitos no significa que el creador no ha invertido nada. Ha dedicado tiempo, esfuerzo, y en muchos casos hay un coste material y por lo tanto económico a la hora de crear esos contenidos.
¿Cuál es tu papel en todo esto?, no, no eres simplemente un espectador pasivo, lo grande de Internet es que no hay barreras entre el creador y el consumidor. Puedes interactuar de una forma sencilla y que no te costará nada, dando un "Me gusta", subscribiéndote al canal, haciéndote eco en RRSS, enviando al creador un correo o un tweet. De esa manera el creador no se sentirá solo, sabrá que su trabajo no cae en el olvido, al contrario, se animará a seguir produciendo con más entusiasmo. En cierto sentido, darle ese retorno al creador te beneficia a tí como consumidor, ya que te garantiza la continuidad del trabajo del creador. ¿No es un mal trato, verdad?.
Como puedes ver tu silencio no te beneficia. De hecho no beneficia a nadie.
Pero hay un paso más. Un creador de contenido con un éxito discreto tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros: ser constante a la hora de crear contenido. Eso exige preparación, desempeño, tiempo de trabajo, difusión, además de responder correos, atender RRSS. Hay una línea en la que deja de ser un hobbie que apenas lleva tiempo a ser una actividad que como poco puede ocupar como mínimo cinco horas a la semana. Eso como mínimo.
Con un nivel de actividad es fácil que el creador se rinda. El cansancio, el desánimo pueden hacer mella en una actividad que es una afición para el creador. Antes de prescindir de otras prioridades no dudéis que el creador aparcará su afición para atender otras necesidades urgentes en su vida.
Pero eso tiene solución, y es comprometer al creador, facilitarle un poco la vida, y equiparlo con los medios que le permita crecer y resarcirse en parte de sus gastos. Para ello tampoco es necesario mucho, tan sólo con microdonaciones el creador podría seguir adelante. Aunque por desgracia no todos los seguidores de un canal (blog, etc...) se prestarían a ese retorno, lo cierto es que si un 20% de los seguidores de manera trimestral hicieran la donación de 1 Euro, ese canal prolongaría su vida con más brío.
El mecenazgo ha existido durante periodos cortos de la historia. El renacimiento fue un periodo de gran creatividad porque hubo mecenas que sostuvieron a los artistas. En realidad los papas y algunos nobles y comerciantes adinerados sostuvieron económicamente a estos creadores, aunque los beneficiados fueron muchos más, hasta llegar a nosotros. Ahora son los Estados los que han patrocinado a creadores (no siempre con buenos resultados), y en la era de internet han surgido iniciativas como el Kickstarter y las microdonaciones que son de mucha ayuda a proyectos varios. 1 Euro nos lo gastamos sin darnos cuenta, 1 Euro al mes ni nos enteramos, por precaria que sea nuestra economía. Pero esa moneda tiene el poder de hacer que un creador que es brillante y que ofrece contenidos que apasionan a otros pueda despegar creativamente y superarse a sí mismo. Internet nos puede traer ese nuevo Renacimiento, pero sólo depende de nosotros hacerlo posible.
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