18/5/17
Scrivener, nuevas ideas
A veces da rabia cuando descubres algo maravilloso, genial, útil en grado máximo, pero lo descubres más tarde de lo que quisieras.
O cuando has estado resistiéndote a la idea de hacerte con una herramienta. No sabes si te servirá o no, y después de un periodo de lucha interna te das cuenta de que has acertado. Pero también te das cuenta de que podías haberte decidido antes. Mucho antes.
Eso es lo que me ha ocurrido con Scrivener, la aplicación de escritura creativa en Windows y Mac. Y en iOS.
El detonante fue un podcast del que os hablo a menudo: Wintablet.info quien me iba a decir a mí que esa panda de tecnófilos eran tan aficionados a la escritura creativa. Comenzaron hablando de una aplicación que (me encanta): Ulysses. Otra app de escritura creativa, mucho más sencilla. De hecho es tan sencilla que al principio sientes cierto mareo de invocación. Pero luego te das cuenta de que en su simplicidad está su éxito. Puedo decir que Ulysses me ha preparado para usar Scrivener. Y ojo, sigo usando Ulysses para otros proyectos, como por ejemplo los post de Vidas en red.
No quería ver vídeos de Scrivener. La mayoría de los video tutoriales me ponen de los nervios. Esa voz en voz con complejo de azafata de congresos. No. Quiero un tío que comience diciendo cosas como: “lo que más me gusta es…”. Pero sí que encontré páginas y post escritas por los encendidos fans de Scrivener, que por cierto, son legión. Entre ellos están los esbirros de Wintablet. Aunque algunos aman y odian Scrivener. Aman Scrivener por lo que es, pero lo odian por lo que podría ser. En concreto odian al programador, con el que deben sostener divertidas disputas online.
Scrivener es útil, pero no es la panacea. Scrivener no escribe sólo, no se le ocurren ideas, ni redacta tesis doctorales. Pero mola.
He pagado por la versión MacOS, y me he quedado muy tranquilo al saber que puedo usar mi licencia en todos los Mac que quiera, sin limitación. Hurra. Lo malo es que la licencia para Windows es aparte. Y la de iOS. Supongo que la próxima licencia que caiga será la de iOS.
Todo esto (más lo que comenté ayer en el directo) me ha dado una idea. Llevo un par de semanas con un pequeño relato que espero que alcance el tamaño de un relato medio. Es un relato post Cyberpunk, con algunos de los elementos de mi pequeño universo de relatos, es decir, es coherente con otras historias que he escrito, como el Maine de Stephen King (¡salvando las distancias, claro!). Por ejemplo, este relato forma parte de la historia que desarrollé en el “Plan Nauta” una Venezuela post chavista gestionada por un software de gestión pública muy eficiente (si quieres saber más vas a tener que leer ese relato).
Pues bien. Comencé escribiendo este relato que tengo en marcha en Google Drive. Debo llevar como un 20% del mismo. Llevo más de 8000 palabras. Debería llegar a las 30 mil. Lo he pasado a Scrivener y claro, a partir de ahí no ha parado de crecer, he escrito hojas para muchos de los personajes, borradores de los próximos capítulos, además de detalles de lugares, o una descripción de la tecnología de consumo que se usa en la Venezuela post Chavista. Me mola. Además, me doy cuenta de que cuantos más detalles, la historia va cobrando posibilidades de crecer.
¿Qué haré con ese relato?. Mi idea es ofrecerlo sin coste por Internet (como con todos los relatos de Facción Rebelde), pero intentar ofrecer algo más a los más fans que quieran contribuir a la economía de la Isla y sus proyectos. Quizás por 1 Euro (el que quiera) ofrecerlo en ePub, y a aquellos que lo quisieran en papel enviarlo por correo por una cantidad algo mayor (¿8 Euros envío incluido? tendría que estudiarlo), esa versión impresa podría tener unas palabras de agradecimiento de uno de los mayores tiranos no electos de la historia. A ver, todavía estoy madurando la idea. Por supuesto enviarlo fuera de España sería complicado, y los costes se dispararían, pero siempre queda la versión digital. Pero de momento, todo esto es una idea previa. El borrador de una idea.
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