30/5/21

¿Por qué me interesa el mundo de las Tablets y en concreto los dispositivos económicos?

La explicación sencilla es: porque me sugieren multitud de historias. Muchas. Un dispositivo económico de acceso a Internet en manos de un Ugandés pobre superdotado es una herramienta de crecimiento personal como no hay otra. Si ese niño tiene una voluntad firme, una gran determinación, con el acceso a los conocimientos será lo que quiera ser.

Hace quince años leía de una tablet con Linux ultra barata que el gobierno de la India estaba pensando en comercializar (no llegó a la luz). Leíamos del OLPC (one laptop per child) y de cómo Nicolás Negroponte estaba poniendo en marcha la distribución de estos portátiles infantiles con Linux. También leía de cómo Linux estaba permitiendo el acceso a los computadores para comunidades desfavorecidas. Y mi cabeza, claro, no dejaba de soñar en un mundo idílico de Startrek, donde el conocimiento produciría igualdad real. Casi todos los relatos se tratan un poco de eso.

Luego están mis obsesiones recurrentes: el nomadismo digital. En la máxima expresión del nomadismo digital está el fugitivo, bien sea porque ha enfadado a unos peligrosos criminales, o a cierta agencia de inteligencia. El protagonista decide aislarse completamente, pero para ello está conectado a la red.

Últimamente fantaseo con la idea a una Fundación aparentemente benigna que, hambrienta de más programadores e ingenieros, lanza un programa benéfico de tablets entre sectores empobrecidos, junto con un programa de formación online. Esta idea se ha vuelto una poderosa obsesión en estas semanas, en mis documentos .md de Typora y IA Writer acumulo montones de micro historias de chavales que se ven beneficiados con estas Tablets. He escrito tanto que he llegado a colapsar a nivel creativo. Auténtico bloqueo de escritor. De manera obsesiva escucho esta mezcla basada en Blade Runner: https://youtu.be/oGhZv3MxnWU me ayuda a entrar en una especie de trance creativo. Nada de ayahuasca o LSD, sólo música y algo con lo que escribir.

Una bendita fuente de inspiración han sido los blogs de Jonathan y las notas que el amigo Lector me han compartido. Ellos son historia viva, en realidad no son personas reales, son protagonistas de mis relatos que por alguna paradoja espacio temporal han entrado en nuestro universo, llevando a cabo las proezas de mis protagonistas, e incluso llevándolas mucho más allá.

Otras veces me vienen arrebatos de inspiración mientras camino o me desplazo. Una idea que en ese momento me parece tan genial que si me dieran un teclado me sentaría a escribir allá donde estuviera. Lo que suelo hacer es grabar una nota de voz. Si no lo hago esa idea la olvidaré completamente, sólo me quedará la excitación de saber que esa idea pasó por mi cabeza.

Estoy seguro que entre todas esas historias que escribo, muchas de ellas no van a ninguna parte, saldrá alguna historia magnífica, o al menos que me apasione. Así suele pasar. Otras veces escribo sin ideas, algunas viejos escritores aconsejan a los neófitos que escribamos cada día. Incluso cuando no tengamos nada sobre lo que escribir. Y eso hago. Con la misma pasión, pero como el que sale a caminar sin saber a dónde va, quien sabe si ese nuevo sendero que estoy tomando me lleve a algún paraje desconocido, lleno de aventuras y buenos amigos.

Bueno, os dejo, Typora me llama, tengo algunas cosas a medio escribir.