6/11/13

Internet, oscilando entre lo llamativo y lo reflexivo

Creo que ahora mismo, en términos de interés y monetización, lo más valioso es el tiempo que podemos conseguir que un usuario nos conceda, tiempo para responder una rápida encuesta, ver un vídeo (corto, también), o leer algo. Reclamamos su tiempo, y para ello tenemos que ofrecerle algo a cambio.

Si vendemos publicidad, o vendemos reputación, estamos en la misma situación. Quizás salgamos ganando quienes apenas ganamos más que cacahuetes por nuestros canales y no estamos desesperados por crecer a toda costa.

Y es esa "hambre" de atención que tienen los medios la que les va a llevar a decidirse entre dos extremos, dos ofertas que cautiven al usuario y que conceda esos valiosos segundos de atención en medio de este circo de neones que aullan luchando porque dirija la mirada a ellos: lo llamativo o lo reflexivo.

Reflexiona sobre los contenidos (de fuentes menos conocidas) que cautivaron tu atención, titulares, Tweets, o mensajes de Facebook que están pensados para que hagas click en el enlace que te haga entrar en la tienda del vendedor (sea que venda algo, o se venda a sí mismo):

VÍDEO: UNA OSA DEVORA A UNA MADRE MIENTRAS ESTA PROTEGE A SUS HIJOS.
EL BANCO DESAHUCIA A UNA ANCIANA ENFERMA, FIRMA CONTRA ESTA INJUSTICIA.
LADY GAGA SUFRE UN DESCUIDO EN SU CONCIERTO EN LONDRES.

Tenemos aquí una serie de títulos llamativos, amarillistas, escabrosos, todos conocen el poder de seducción de estos reclamos. Prácticamente nadie está inmune a ellos: violencia, ridículo ajeno, sexo, indignación. Lo emocional priva sobre lo racional. A la hora de vender es mucho más sencillo apelar a emociones que a un buen razonamiento de compra, la emoción te impulsa a actuar ¡ya!.

Por otro lado tenemos una opción que salvaría a Internet de sí misma: la reflexión. Contenidos que nos dejan satisfechos porque son sólidamente razonables, convincentes, humanos. Elaborar estos contenidos es mucho más complicado, pero fideliza a tu audiencia y la identifica con el medio y las ideas. Esto es lo que necesitamos crear aquellos que producimos contenidos.

Trabajar con este tipo de contenidos no te dará una audiencia superior en número, pero sí de mejor calidad. Creo que estos contenidos tienen un éxito creciente, son valorados, un abuelo que graba en Youtube sus experiencias en la posguerra, un español residente en Grecia que nos explica qué ocurrió realmente, o al amigo Zordor desmintiendo las mentiras alarmistas de la prensa española sobre los terremotos de Japón. Es tal la MANIPULACIÓN a la que estamos sometidos que unos cuantos queremos saber qué está pasando realmente, y el testimonio de estas personas nos convence.

Conclusión: Hace unos años, cuando nos conectábamos con módems de 56 Kbps y el Internet era principalmente texto (cargar una imágen era algo eterno), leíamos más foros, opiniones, BBS, correos. La carga era tan lenta que la transición de un enlace a otro nos llevaba a leer con más atención lo que teníamos delante. Primaba la reflexión sobre el entretenimiento. Hoy el acceso a la red se ha masificado, y los contenidos se han trivializado, las fotos de gatos (en el mejor de los casos), vídeos graciosos, noticias que son puros bulos sin contrastar llenan la web, alimentando las mentes con déficit de atención de los antes espectadores de Telebasura y Tertulias de horteras vociferantes.

En nuestras manos está, primero VALORAR y PREMIAR los contenidos de calidad (re-Tweets, hiper enlazar), y en segundo (pero no en último lugar) CREAR OPINIÓN, razonar, conquistar la mente de otros.