¿Quieres tener muchos comentarios en tu blog?, es sencillo, escribe sobre política, religión, homosexualidad, fútbol y...... dale caña a Apple.
En contra de lo que algunos piensan no soy un anti-Apple. Es más, entre dos empresas como Apple y Microsoft creo que nos hubiera ido mejor con Apple, al menos las cosas funcionarían, eso sí, hubiera habido dos pegas: 1. los equipos serían más caros, 2. hubiéramos tardado más en usar procesadores Intel, por la manía de Apple de usar los de Motorola.
Neal Stephenson, en su fantástico libro "
En el principio fué la línea de comandos" hace un símil entre fabricantes de sistemas operativos y fabricantes de vehículos. Microsoft fabricaba bicletas (MS-DOS), a las que luego acopló un motor (Windows 3.11 ¡qué tiempos aquellos!), luego fabricó coches utilitarios (Windows 95) baratos, pero que se averiaban a menudo, cuando a la gente se le estropeaba los dejaba tirados en la carretera y compraba otro. Luego está Apple, venden deportivos ultramodernos, muy caros. El deportivo tiene el capó cerrado, no puedes abrirlo y ver las maravillas que hay dentro, pero funcionan fabulosamente, son rápidos, elegantes, y sus fans se consideran un grupo selecto. Eso es lo que dice Neal Stephenson, no me tiréis piedras, pero creo que tiene mucha razón.
Ayer estaba curioseando en la sección tecnológica de unos grandes almacenes, en los que hay una Apple Store, y me quedé a una especie de taller-presentación en la que hablaban de cierto programa para hacer presentaciones que le da como 20 millones de vueltas al Power Point. Increible. Por cierto, terminó la presentación (aplaudimos al que dió la charla) y salió el típico listillo tocando las narices y preguntando "¿es cierto que el iPhone nuevo da problemas?". Hay que ser mezquino.
Muchos de mis amigos me insisten en que yo alucinaría con el mundo Mac. Tienen razón. Y seguramente lo pruebe, no tengo duda, ni inconvenientes, ocurre que soy un poco miserable y no me quiero gastar una pasta en un ultra fashion portátil cuando hay magníficos portátiles por muy poco dinero. Y pasando al tema de los servicios de Apple, está fenomenal los productos que tienen, pero valen una pasta, no han apostado por el software libre, pero tampoco por los servicios pagados con publicidad, como Google. Mobile me estará genial, pero GMail, GCalendar, etc.... son fabulosos, imprescindibles y.... ¡gratis!. Luego está el tema de la inclusividad/exclusivismo. Me parece fenomenal que Apple apueste por una tecnología. Tal como yo lo veo Apple es una dictadura benévola, una especie de socialismo Sueco, oneroso, pero con grandes servicios y prestaciones.
Eso sí, dictadura y benévola son términos casi opuestos. Corrijo, es una dictadura paternalista. Y te venden gato por liebre. Al menos al principio. Me refiero al iPhone 2G, 3G, 3GS, y 4. Vaya gol fué el iPhone 2G ¡no grababa vídeo, ni tenía MMS, ni Bluetooth, ni multitarea, ni tenía 3G!, ¡pero qué clase de basura es esa!, os respondo: una basura cara. Mejorado poco a poco, añadiendo pequeñas funcionalidades, cuando los Nokia tenían todo eso hace AÑOS.
Sigamos hablando del iPhone. Por cierto, es sumamente probable que tenga uno en mis manos este mes. Y sin pagar un duro.
Tenemos un terminal que es la caña, y que vale 700 pavos. Tengo un N900 que vale menos, y un Motorola Droid que cuesta unos 400. Hablemos del Motorola Droid, tiene cámara de 5 Mpx, un sistema operativo que es la leche: Android. Un mundo de aplicaciones, juegos, integración con Google perfecta. Tiene un navegador GRATIS (con iPhone te lo tienes que pagar). A simple vista no tiene nada que envidiarle y cuesta casi la mitad. Entonces, ¿por qué cuernos la gente se mata por los iPhone?. Molan.
A nivel de gráficos y como consola de juegos el iOS está a años luz de todo lo demás. He visto unos cuantos juegos y son.... increibles. Una cosa del futuro. Funciona muy muy rápido. Tiene aplicaciones increibles. La calidad del terminal es muy buena, el diseño muy cuidado, elegante, preciosista. La pantalla es impresionante.... pero ¿es tanta la diferencia?. Y eso, mis queridos amigos, es cuestión de cada uno.