El club de las ex-mujeres, a la izquiera el 3Com funcionando, a la derecha el veterano D-Link.
¿Qué es lo que más teme un Geek?. Respuesta: Un pulso electromagnético que lo catapulte a la era de la incomunicación.
El Domingo por la tarde mi router D-Link, una de las joyas de la corona, de los mejores routers que he tenido, empezó a sufrir convulsiones, fiebre alta, y a repetir "quien juega en la primera base, ¿quien?, quien juega en la primera base", una y otra vez.
Tuve que usar la conexión de Masmovil para comprar los billetes de avión a Birminghan (a eso se llama planificar las vacaciones), y menos mal, porque la conexión iba patéticamente lenta. Pero lo conseguí, y por cierto, la velocidad y estabilidad de la conexión perfecta. Consumí 15 Mb.
El Lunes, mientras desayunaba no pude leer correos, ni feeds, ni comentarios de mi blog, ni echar una partida rápida al Mafia Wars de Facebook (lo sé, soy repugnante). Reinicié el router, miré los parámetros, y usé mis portátiles con Linux. Diagnóstico: el D-link se había averiado parcialmente, el Wifi funcionaba, pero no la conexión por cable.
Así que me saqué de mi chistera otro router 3Com y ¡a funcionar!. Ahí teneis la foto del chico nuevo junto con el mutilado veterano, sus heridas son su gloria. Por cierto, ¿qué habrá motivado eso?, ¿no serán las miles de horas y el calor abrasador de Madrid?, ¿no será que durante tres años ha estado funcionando ininterrumpidamente?.