Algo está ocurriendo entre Zerotier y mi Chromebook, y es que me pilla la red interna con los servicios que tengo levantados en el Docker del Xeon, pero debe haber un problema con las DNS de todo lo demás que no las pilla, así que lo que tenía pinta de ser el tiempo de relax a la hora de comer, se volvió el tiempo de enredar y acelerar el tiempo mientras (ecos de Linuxero) activo y desactivo opciones, así como múltiples pruebas.
Y nada, sigo con ello.
Mientras estoy completando una de las series inacabadas de mi vida: terminar de ver Mr. Robot. Si no la has visto, deja de leer, lo que viene no te gustará.
La serie es una ida de olla: y se vuelve más ida de olla. Termina como una serie de CF, con tintes multiverso de Rick y Morty. Hace un año vi una mini serie de un computador cuántico que creaba universos paralelos (¿o realidades virtuales?). Resulta que WhiteRose sabía más que Elliot, pero mucho más. Y que los psicópatas del ejército oscuro tenían un fin mayor, que era la máquina de WhiteRose, de la que no sabemos nada, pero que, justo al final, nos sueltan la novedad. Y es que la serie nos ha ido preparando para un final que NUNCA hubiéramos esperado. La serie adquiere tintes de meta narrativa, hace que el protagonista se encuentre con una realidad que él sueña, porque su vida es un asco. Así que al final te encuentras dando tres pasos hacia atrás y filosofando con el prota y su alter ego feliz.
Esto ahora sí es Cyberpunk, pero del estilo de Phillip K. Dick, ese que hace que te cuestiones cual es tu realidad. Y es que llevas toda la serie cuestionándote tu realidad, ¿Wellick existe? pues sí, pero por un momento nos hizo pensar que era otro alter ego, otro Mr. Robot que ha emanado su personalidad atormentada para ayudarle.