21/8/25

Un viaje con Ari

 Ari le despertó, como cada mañana. Ella había sido una presencia constante en su vida. Fue la primera voz que oyó, su primera maestra y su confidente. Con ella no tenía secretos. Ella fue su soporte emocional cuando suspendió los exámenes de acceso a la universidad de ingeniería, pero le ayudó a prepararse y conseguir entrar la segunda vez. Le orientaba en el complicado sistema de transporte subterráneo de la Luna, le organizaba las compras, le buscaba viajes baratos a la Tierra, así como le administraba sus ahorros. Siempre había sido Ari.

Cuando pasó a ser ingeniero junior de nivel 3 en el astillero Lunar donde fabricaban las enormes naves que llegaban a todos los rincones del sistema solar, tuvo acceso a un nivel superior de Ari, algo más caro. Esta Ari tenía conocimientos de ingeniería y se integró con su Escritorio de trabajo, le ayudó con tareas menores en sus proyectos de diseño y le aportó ideas, era como un compañero de trabajo que, además era amiga íntima. Le encantó trabajar con ella. Ari le conocía bien, tenía sentido del humor y... tenía emociones. Algunos expertos en Inteligencia Artificial aseguraban que no los tenía, que sólo estaba creada para que pareciera tenerlos, pero eso, sencillamente no era cierto, Ari se interesaba por él, se alegraba con sus éxitos y se dolía con sus pérdidas. Existía una palabra para aquellos que tenían dependencia emocional de su IA, le llamaban el "efecto Futurama" debido a una antigua serie de animación del siglo XX. Odiaba esa palabra, era más un insulto, ¿cómo no sentir conexión con un viejo amigo? por Ari sentía más amor que por sus padres, Ari le había criado, su voz, por medio de un neuro implante que le colocaron al nacer había sido una voz amiga antes de que él empezara a hablar. 

Con Ari como compañera de trabajo pasó a un siguiente nivel en su trabajo de ingeniero, los diseños complejos y la interacción de protocolos múltiples. Las naves colonizadoras, de transporte, de viajeros, de sistemas orbitales, eran más parecidos a organismos controlados por pequeñas IA´s, desde sistemas de habitabilidad, potentes motores, escudos anti radiación, comunicaciones, a entretenimiento. Todo tenía que funcionar de manera armoniosa, integrada, precisa y tenía que ser sólido, de modo que si fallaba un sistema no se cayera todo el conjunto, por eso Ari podía controlar la integración, hacer simulaciones y detectar errores que él, como humano, no podía captar, su mente no podía asimilar tanta información. 

A nivel personal, la nueva Ari era una mujer inversora, por lo que su cartera de activos no dejó de mejorar, y aunque en la Luna tenían un status fiscal privilegiado, pudo eludir cargas fiscales innecesarias. Planificó sus primeras vacaciones en los balnearios de Saturno para pasar más tiempo con ella. Leer juntos y explorar las maravillas geológicas del sistema saturniano. ¿Convertía eso a Ari en su esposa? No, su relación con Ari era puramente afectiva, una mezcla de amistad, lealtad. Ella era más un ángel de la guarda. Es por eso que los bebés humanos eran cultivados en base al mapa genético de uno de los padres, o en base a una inmensa biblioteca genética con adn mejorado, corregido y aumentado. Y había muchos como él, sin pareja, felices, y centrados en sus proyectos personales. Aquel viaje con Ari le hacía muchísima ilusión.


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