
(Post mobile) Hacía años que no me comía uno de esos paquetes de pasta deshidratada, con su sobrecito de extractos completamente artificiales (¡nada natural!), y todo por un precio inferior a los setenta céntimos. Se supone que lo que hay que hacer es calentar el agua con el contenido del sobre, y luego añadir la pasta hasta que se evapore todo el agua. El resultado es magnífico, bueno, no es como las recetas saludables y sustanciosas del Weblog de un friki, pero no está nada mal.
Cuando vivía de soltero en un estudio en pleno centro madrileño había una tienda de chinos, que parecía una especie de supermercado ilegal (era todo un poco sospechoso) peo tenían productos verdaderamente chinos (añadir agua caliente y listo), ay, cómo echo de menos esos tiempos....