Mi vida en ceros y unos

Ya es tarde y toca ir a dormir. Antes de postear, ya desde el ordenador de casa, he estado visitando varias páginas web, la de Ubuntu, y la sección en español con excelente soporte de documentación, tutoriales, y un bonito diseño. La de Aurox (esta distribución me gusta menos, pero al menos el Live CD me ha funcionado en el portátil), y he leído un correo que dice que en Mandriva me puedo hacer socio del silver club (lo que te da derecho a descargas de RPM´s) por 11 Euros al mes (antes tenía que soltar una pasta anual). Hace tiempo probé Mandrake, la 8.0 (creo) con una máquina mucho menos potente. Aluciné con esa distro, realmente es fácil de usar. Con Linux experimenté continuas ilusiones y desilusiones. Hace un par de años o tres que no lo uso en serio, y me está volviendo a dar el gusanillo, seguramente pruebe la Ubuntu, se ve que funciona tela de bien.

Sigo teniendo problemas con el servidor de noticias de Ya.com, estos días de cambio de ancho de banda están revueltos. Así transcurre mi vida en digital, en el Metro oigo Mp3 en mi reproductor Panasonic. Leo revistas, libros mientras, y tomo notas en mi Pda, con su tarjeta de 256 meto de todo, aún me faltan 156 Megas por llenar. Atrás quedaron los días en los que en el bolsillo de mi chaqueta metía uno o dos disquetes llenos de ficheros de texto con mis escritos, alguna foto, y alguna ROM de la Gameboy. Lejos quedaron los días en los que llegué a perder información por culpa de esos sensibles disquetes. Ahora lo llevo todo en mi Pda, me estoy acostumbrando a escribir desde el teclado, y de vez en cuando visito la web de expasys y miro los precios de teclados inalámbricos, entoces podré escribir mucho más y de todos lados, puede que incluso el portátil me eche de menos. Lo apunto todo (soy un despistado consuetudinario), tengo ficheros de todo, y me gusta llevarme muchos estudios en ficheros html o rtf para leer en los múltiples rincones de tiempo. Esa es mi vida en digital.

Y sobre todo SUEÑO, sueño y escribo sobre lo que puede pasar, sobre las cosas buenas que pueden pasar. Y con esos sueños colmo las ilusiones del niño que miraba catálogos de inalcanzables 386 y 486 que cogía de los retrovisores de los coches. Del que escribía cosas en el portable que su padre le prestó. Mi futuro es hoy, no sueño con muchas cosas más de las que tengo (varios ordenadores, banda ancha, incluso un ordenador que me cabe en la palma de la mano), sí sueño con aquellos que aún no lo tienen y que pronto tendrán acceso a esta tecnología. Sueño con el niño que en Brasil hace cola para sentarse delante de un ordenador del gobierno con Linux instalado, que se conecta a internet y juega al Frozen Bubble encantado, soñando con el día que tenga su propio ordenador en el que pueda instalarse cuantos repositorios caigan en sus manos de la red. Lo sueño y lo anoto en mi Pda, o lo escribo en mi sobremesa y lo guardo en mi llave Usb, y lo copio a mi Pda Dell. Y sueño, sueño con ceros y unos.