Cada mañana solemos cruzarnos con las mismas personas una y otra vez. En ocasiones nos cruzamos con alguien que evidentemente vive en la calle, quizás con todas sus pertenencias en un carro. ¿Qué sientes al ver a alguien así?, ¿compasión, dudas, desprecio, orgullo, indiferencia?.
Patrick McConlogue, un ingeniero de software veía a la misma persona camino del trabajo, cerca del río Hudson, un hombre de color, jóven, evidentemente alguien sin hogar. Patrick hizo algo distinto a lo que hacemos cada uno de nosotros, se acercó a aquel jóven y le dijo:
-Te veo cada día mientras voy al trabajo, sé que lo que te voy a decir es algo raro, ¿sabías que cada día es diferente al anterior?, así que hoy te voy a hacer una pregunta extraña: ¿qué prefieres que te de 100 dólares, en efectivo, o que te enseñe a programar?.
La pregunta era sincera. Patrick estaba decidido a traerle cien dólares al día siguiente.
-En caso de que quieras aprender código pasaré cada mañana una hora contigo dándote clases.
Leo, su interlocutor se quedó pensativo. Había trabajado en una importante aseguradora llamada MetLife, pero se quedó sin empleo, su situación empeoró y terminó viviendo en la calle.
Patrick comentó en su blog la pregunta que le había hecho al jóven sin hogar. ¿Qué respondería?, de momento se puso a planificar qué haría en caso de que Leo escogiera el conocimiento.
Leo escogió el conocimiento, y Patrick fue fiel a su promesa, desde su blog iba comentando cómo se desarrollaban los acontecimientos. No sólo le dedicaría tiempo a Leo, sino que también le proveería de un Chromebook de segunda mano con conexión 3G, y tres libros sobre Javascript a tres niveles diferentes.
Cuando Patrick se sentó con Leo día tras día conoció a la persona real que había tras esa imagen que tantas veces hemos visto en otras personas, descubrió que Leo era un hombre con grandes inquietudes, el medio ambiente, las energías limpias, un sistema público de transporte que sea eficiente, la ecología.
Patrick escribía de él en su blog: "no sólo es inteligente, y tiene una mente lógica, es una persona seria".
Durante dos meses trabarían el código, una hora cada día, justo antes de ir a la oficina.
La noticia se extendió por internet y despertó la curiosidad de los medios locales, el Washington Post, Mashable y otros. Finalmente Patrick habló con su jefe para que le dejara a Leo usar las oficinas cuatro horas al día, su jefe no sólo accedió, sino que le ofreció a Patrick dedicar cuatro horas de su jornada a Leo. Durante todo ese tiempo Leo estuvo trabajando en una aplicación: "Trees for cars", una interesante aplicación que permite poner en contacto a las personas para compartir el vehículo, de esa manera podrán saber cuanto CO2 de menos han evitado. La aplicación está en Google Play y en la App Store de Apple a un precio de 0,99 Eur. El momento en que lanzaron la aplicación está en vídeo y es enormemente emocionante.
No sé si somos conscientes de que son los pequeños gestos los que pueden cambiar las vidas de las personas. Quizás no podamos solucionar el problema de países enteros, pero sí podemos ayudar a cambiar la vida de una persona.
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