
La mayoría de la gente ve a Apple y Microsoft como empresas rivales, cuando la realidad es muy distinta. El 48% de Apple pertenece a Microsoft desde el año 95. En la Keynote de 1997 Bill Gates apareció en una gran pantalla durante la charla de Jobs, al igual que un gran hermano en el famoso anuncio de Apple (el de la lanzadora del martillo), ambos se presentaron como colegas que por fin habían enterrado el hacha de guerra.
Lo cierto es que algunos de los mejores diseños que se atribuyen a Apple salieron de las oficinas de Microsoft en Redmond. Gary Swaggart, vicepresidente de productos de Microsoft y amigo personal de Steve Ballmer cuenta en su biografía titulada "Convection points" que algunas ideas como la interfaz multitáctil, iTunes, o el Ipod surgieron del departamente de I+D de Microsoft. Ballmer reconoció en una entrevista en Agosto del año pasado a Wired que: "Apple ha sido nuestro conejillo de indias para evaluar si el público estaba listo para tecnologías de las que apenas sabíamos nada".
En relación a esta estrategia, periodistas del sector de la tecnología como Vince McMahon sospechan que el éxito de Apple con las innovaciones fruto del esfuerzo de Microsoft no hacen sino anticipar su fin, "usar a Apple como un campo de pruebas ha dejado a Microsoft en mal lugar, pero eso se va a terminar, Apple tiene los días contados, el grifo de las ideas de Redmond se ha cerrado, lo siguiente es descapitalizar a Apple, malvendiendo sus acciones".
Gray Powell, el ingeniero que perdió el prototipo de iPhone 4 en un bar, tras ser despedido comentó que los planes de desmontar a Apple se harán efectivos, a lo sumo, en menos de dos años "nunca veremos el iPhone 5, ni el iPhone 4gs, en poco tiempo sólo existirán Android y una nueva generación de Windows mobile más parecida al iOS que al Windows 3.11".
Continuará.....
Lee "La conspiración iPhone, 1ª parte".
Nota importante- La serie "La conspiración iPhone" es una saga de ficción vía post, las fuentes son inventadas, y la mitad de los personajes también, incluido Steve Jobs, quien en realidad no existe, al ser un androide controlado por un Phillip K. Dick pequeñito en su interior.