Si ayer fue un gran día charlando con el amigo Rupert de esos temas que si habláis con vuestras familias os miran con cara de sorpresa y luego oyes conversaciones en voz baja en la cocina.... hoy me he llevado otra gran sorpresa.
Esta es la situación: suena la alarma de mi teléfono. Me despierto. Mi gata se ha vuelto a colar en la cama y me mira con cara de no haber roto un plato. Desconecto el modo avión (así gasta menos batería y no recibo molestos avisos). Voy al W.C y una vez sentado y mientras indescriptible ráfagas de alivio me sacuden miro el correo.
No, no es posible, ¿James Wallenstein me ha escrito?. Abro el correo, y lo leo. Es un correo extremadamente amable en el que me dedica un post hablando de los formatos de vídeo. No doy crédito. Se trata, amigos ¡de James Wallenstein!, un blogger y vídeo blogger dedicado a la crítica de cine. Lo conocí por el blog de Viruete y desde entonces veo cada vídeo. Wallenstein es mi TV. Tomo nota de sus recomendaciones, disfruto de sus comentarios, me río con sus observaciones y su humor, flipo con el armamento que tiene, ¡qué grande es Internet!, gracias a este invento puedo ver cosas que realmente me interesan y no la basura preparada de la TV (al menos la TV en abierto).
Hemos quedado en que cuando venga por España vernos, sin duda, sería una de las conversaciones más interesantes que he tenido en mucho tiempo.
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